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La primera Ruina comenzó en el –395 de la Antigua (800 TE) y duró casi dos siglos. Es la Ruina más larga de la historia; generaciones enteras vivieron y murieron luchando contra los engendros tenebrosos y muchos pensaron que sería el fin del mundo.


Trasfondo[]

La corrupción de Dumat[]

En el –395 de la Antigua (800 TE), siete maeses de Tevinter, cada uno sacerdote de un viejo dios, abrieron un portal a la Ciudad Dorada empleando magia de sangre y entraron físicamente. Según la Capilla andrastina, el resultado fue catastrófico; la Ciudad se volvió negra y los magos regresaron corrompidos. Estos fueron los primeros engendros tenebrosos. Su corrupción infectó a otros, convirtiéndolos también en engendros.

Las memorias de Orzammar indican que los engendros tenebrosos aparecieron bajo tierra por primera vez en el 800 TE. Estos encontraron a Dumat en su prisión y lo corrompieron, liberándolo así y transformándolo en el primer archidemonio. Los engendros tenebrosos se multiplicaron y, en el –380 de la Antigua (815 TE), atacaron en masa los reinos subterráneos. Aunque había indicios del avance de la horda – viajeros y patrullas de enanos guerreros que desaparecían misteriosamente –, eran muy sutiles; nada indicaba realmente lo que se avecinaba.


Opiniones académicas[]

Ver también: Corifeus

La Capilla andrastina enseña que los maeses querían usurpar el trono del Hacedor y fueron expulsados de la Ciudad Dorada como castigo por su orgullo. En su depravación, buscaron a los viejos dioses y, cuando encontraron a Dumat dormido en las profundidades de la tierra, comenzó la Ruina. Por otro lado, los enanos daban poco crédito a las creencias de la Capilla, aunque desconocen el origen de los engendros tenebrosos. Por lo que saben, aparecieron bajo tierra, invadieron los caminos de las profundidades y empezaron a atacar los thaigs más occidentales. La invasión comenzó con pequeños grupos, pero más tarde una horda infestó el imperio enano en pocos años.

Sin embargo, si las historias de la Capilla y de las memorias de Orzammar son ciertas, los magos de Tevinter habrían entrado en el Velo, sido corrompidos, huido, encontrado a Dumat, formado un ejército e invadido los thaigs occidentales en solo un año. Parece más probable que los maeses ya hubieran estado buscando a Dumat durante un tiempo. Algunos guardas grises académicos creen que ya lo habían encontrado para entonces y que fue él quien les ayudó a alcanzar la Ciudad Dorada.


Imperio enano[]

La primera Ruina fue terrible para todos los que la vivieron, pero para nadie más que para los enanos. A pesar de la avanzada tecnología de los portones enanos, los engendros tenebrosos consiguieron atravesarlos y llevaron a los enanos al borde de la extinción. Los thaigs más remotos no estaban preparados para las hordas que salían de la oscuridad y cayeron en cuestión de días. Los engendros tenebrosos invadieron estos thaigs y los usaron como bases para avanzar a través del imperio enano. Conquistaron reinos enteros en décadas.

Cuando comenzó la primera Ruina, la capital enana de Orzammar se encontraba en plena guerra entre casas. Los miembros más poderosos de la casta de los guerreros estaban ocupados con sus pequeñas escaramuzas o los habían herido en ellas. Cuando llegaron las noticias de la horda de engendros tenebrosos, todas las casas nobles enanas deseaban defender su propio thaig, lo que llevó al caos político y a la desorganización defensiva. La Asamblea estaba tan ocupada con las luchas internas que los engendros atravesaron sin ser vistos las puertas de Orzammar.

Aeducan, de la casta de los guerreros, al ver que su raza entera se enfrentaba a su extinción, tomó el control de los ejércitos, apeló a la casta de los herreros para que les suministrasen armas, pidió ayuda a la casta de los mineros para que derrumbasen los túneles e ignoró por completo a la Asamblea y a los nobles. Finalmente, Aeducan consiguió la victoria, pero a costa de la pérdida de numerosos thaigs. En recompensa por su heroísmo, Aeducan fue nombrado paragón por casi unanimidad de la Asamblea.


Incorporación de los gólems[]

En el –255 de la Antigua (940 TE), el herrero enano Caridin descubrió un método para forjar una construcción de acero o piedra de gran fuerza y resistencia. Estas máquinas vivientes, llamadas gólems, se convirtieron en una de las armas enanas más efectivas contra los engendros tenebrosos. Por primera vez desde el comienzo de la Ruina, los enanos fueron capaces de reconquistar thaigs y zonas de los caminos de las profundidades que dieron por perdidas hace tiempo. Los gólems se convirtieron en la fuerza principal de los ejércitos enanos, incluso se llegaron a exportar algunos a Tevinter.

Sin embargo, dar vida a un gólem requería el alma de un enano vivo. Al principio, muchos dieron sus vidas voluntariamente, pero la controversia surgió cuando ya no se presentaron más voluntarios. El gobernante enano por entonces, el rey Valtor, se volvió codicioso y obligó a los descastados, criminales y a sus enemigos políticos a dar sus vidas. Tras seis años de producción continua, Caridin se opuso al rey y también fue transformado en gólem.

En el –248 de la Antigua (947 TE), cuando los enanos pensaban que estaban ganando la batalla contra los engendros tenebrosos, Caridin desapareció en los caminos de las profundidades y se llevó con él a sus seguidores, el Yunque y el secreto de la construcción de los gólems. Muchos fueron acusados de ser partícipes de su desaparición, pero no se halló culpable. Se enviaron muchas expediciones a los caminos de las profundidades para buscarlo, pero todas fueron en vano. Tras años de debate en la Asamblea, la reina Getha envió a toda la Legión de Acero, compuesta por 126 gólems, a los caminos de las profundidades para recuperar el Yunque, pero ninguno de los gólems regresó. El moldeato declaró muerto a Caridin, desvaneciendo toda esperanza de vencer a los engendros tenebrosos. Debido a la incalculable pérdida de la Legión de Acero, todos los regimientos de gólems fueron abandonados en los caminos de las profundidades, los gólems que quedaban en Orzammar se usaron solo en circunstancias extremas y la reina Getha fue destituida.



Imperio de Tevinter[]

Querida Anika:

Yo no me preocuparía por el Cónclave. Deja que los nobles se reúnan y discutan sobre qué casa tiene el thaig más grande. Eso impide que el miedo se apodere de ellos, que es lo que ocurriría de lo contrario, y evita que se conviertan en una molestia mayor. La guerra es cosa de los guerreros.

Yo diría que la estrategia del enemigo parece estar cambiando, aunque nunca antes parecía que la hubieran tenido, aparte de destruir todo cuanto encontraran a su paso. Durante semanas, hubiera jurado que su número iba menguando. Se decía que quizás estábamos cerca de borrarlos del mapa. No podíamos haber estado más errados. Porque hoy hemos dado con el grueso de su fuerza principal. Es imposible expresarlo en palabras, Anika. Nunca había visto tanta muerte en un mismo sitio. Había incontables engendros tenebrosos y, en el corazón de aquellas masas, una gran bestia, tan alta como el palacio de Orzammar, con aliento de fuego. Quizá se trate de un paragón de los engendros, porque parecían tratarlo con deferencia.

Estaban partiendo. Marchaban hacia los pozos que llevan a la superficie. Pero, en cuanto los contemplé, supe que volverán cuando hayan devorado todo lo que hay encima de nosotros.

De Las cartas del paragón Aeducan
—De Entrada del códice: Las Ruinas

Los engendros tenebrosos usaron los túneles de los caminos de las profundidades para desplazarse a todas las regiones del continente. Se dice en las memorias que los engendros tenebrosos comenzaron a evitar los thaigs bloqueados para atacar la superficie desde áreas inesperadas. Aunque los enanos advertían a los reinos humanos cuando podían, no podían permitirse ofrecer más ayuda que esa.

Los engendros tenebrosos llegaron a la superficie del Imperio de Tevinter en el –380 de la Antigua (815 TE). Los ejércitos del Imperio intentaron hacer frente a las hordas de engendros, pero no podían estar en todas partes a la vez. Aunque las tropas imperiales eran competentes luchando contra elfos y otros humanos, sus ejércitos no estaban preparados para la implacabilidad de los engendros tenebrosos y el Imperio comenzó a dividirse. A medida que las hordas emergían de la tierra, Tevinter se vio obligado a centrarse en defender los territorios interiores, dejando que las tierras periféricas se valieran por sí mismas. Se debía proteger Minrathous a toda costa. Ciudades enteras que dependían del ejército imperial para defenderse fueron devastadas por la brutalidad de los engendros.

A medida que los engendros avanzaban en la superficie, la tierra y las plantas a su alrededor comenzaron a ennegrecerse. Los cielos se llenaron de nubes negras que tapaban el sol y la enfermedad y la putrefacción cubrió el Imperio.

La Ruina no solo arrasó el campo, los ciudadanos de Tevinter tuvieron que afrontar el hecho de que sus dioses los habían traicionado. Las ofrendas y oraciones a los viejos dioses no obtuvieron respuesta y muchos empezaron a cuestionarse su fe, algunos incluso llegaron a asesinar a sacerdotes y a quemar templos. Los pueblos del norte y el este del Imperio se rebelaron. Los maeses convocaron demonios como respuesta, quemando los cuerpos de las víctimas como ejemplo para aquellos que osaran rebelarse. Aun así, el Imperio comenzó a desintegrarse desde dentro. Los ciudadanos, furiosos y desesperanzados, hicieron lo que los ejércitos enemigos no pudieron hacer en siglos.


Los guardas grises[]

En el –305 de la Antigua (890 TE), en el punto álgido de la Ruina, se creó la orden de los guardas grises. Los guardas eran todos veteranos experimentados de batallas contra engendros tenebrosos; humanos, elfos y enanos que habían abandonado sus lealtades, títulos y familias y se dedicaron a combatir la Ruina a toda costa. Se construyó una fortaleza en Weisshaupt, en las Anderfels, una región que los engendros no habían arrasado aún, pero estratégicamente cercana a Tevinter.

Los primeros guardas, liderados por el legendario Carinus, buscaron métodos de combate más efectivos. Los registros afirman que Nakiri del bosque Donark fue el primero en proponer consumir la sangre de los engendros tenebrosos, ya que su pueblo era conocido por tomar la sangre de sus enemigos para absorber su poder. Los primeros guardas grises consultaron a muchos magos de Tevinter, que confirmaron que había poder en la sangre. La práctica de magia de sangre era muy común en aquellos tiempos y los guardas grises comenzaron a estudiarla. Algunos esclavos elfos también compartieron algunos secretos de la antigua Arlathan con la condición de que los guardas grises trataran a los elfos igual que a las otras razas y lucharan por la liberación de los elfos una vez la Ruina hubiera acabado. Muchos enanos guerreros, liderados por el paragón Moroc el Mutilador, también participaron en la creación de la orden. Compartieron todo lo que habían aprendido sobre los engendros tenebrosos con los guardas.

Estos descubrimientos llevaron a la creación del ritual de Iniciación. Aquellos que superaran el ritual se volverían prácticamente inmunes a la infección de los engendros tenebrosos y podían sentir su presencia y “escuchar” cómo se comunicaban sin hablar. Esta fue además la primera prueba real de que a los engendros tenebrosos los guiaba una fuerza motivadora centralizada.


El asedio de Nordbotten[]

La primera batalla registrada de los guardas grises fue en la ciudad de Nordbotten, que había sido asediada por la horda. Se dice que los guardas llegaron en grifos y se adentraron en las filas de los engendros tenebrosos, cada uno enfrentándose a diez o más enemigos a la vez. La primera victoria legendaria de los guardas grises en la toma de Nordbotten no es una exageración histórica. Los engendros se desorientaron, incapaces de distinguir a los guardas de los suyos, y la batalla acabó en una gran victoria para los guardas. Esto supuso el punto de inflexión de la primera Ruina que le dio a Thedas la esperanza que necesitaba.

Los guardas comenzaron entonces una campaña militar contra los engendros tenebrosos y recuperaron territorios que se creían perdidos. Construyeron fortalezas en puntos estratégicos y tanto su reputación como sus números aumentaron; reclutaron a personas de todas las razas y orígenes. Al no someterse ante ningún señor, eran libres de sacrificar poblados y fortalezas que no podían ser recuperadas, reservando sus fuerzas para los enfrentamientos que de verdad importaban.


La primera derrota de Dumat[]

En la superficie, los guardas grises consiguieron muchas victorias en sus primeros años. Un grupo de soldados de las Anderfels consiguió derrotar a Dumat mientras huía de una ofensiva de los guardas. Los festejos fueron interrumpidos cuando Dumat regresó ileso unos días después. En los años posteriores, los guardas grises eruditos descubrieron que el alma del archidemonio se había instalado en el cuerpo del engendro tenebroso más cercano, cuya forma se había alterado hasta convertirse en un dragón celestial corrupto. Parecía que mientras quedase en pie un solo engendro tenebroso, Dumat era inmortal. Los guardas grises perdieron las esperanzas.

Finalmente, los eruditos de los guardas grises llegaron a la conclusión de que, si un guarda gris mataba a Dumat, dado su vínculo con los engendros tenebrosos, su espíritu se instalaría en el cuerpo del guarda. A diferencia de los engendros, el cuerpo de un guarda ya tiene un alma, por lo que la paradoja resultante destruiría tanto al guarda como al archidemonio.

La batalla de las Llanuras Silenciosas[]

En el –203 de la Antigua (992 TE), los guardas grises conformaron un gran ejército de soldados en su mayoría tevinteranos, enanos, rivaini y cirianos. En una ofensiva coordinada, mataron a Dumat y derrotaron a las fuerzas de los engendros tenebrosos en la batalla de las Llanuras Silenciosas. Un tercio de todos los ejércitos humanos cayeron en la batalla. Los registros no mencionan exactamente quién sacrificó su alma para destruir a Dumat, ya que muchos guardas lucharon contra él, y el archidemonio, en su agonía antes de morir, mató a siete o más guardas.

Dumat no regresó en los años que siguieron a la batalla. Aunque los engendros tenebrosos seguían siendo numerosos y las batallas persistían, sin el archidemonio para guiarlos, se desorganizaron y en el –195 de la Antigua (1000 TE) se vieron obligados a volver a los caminos de las profundidades. Para la gente de la superficie, la Ruina había acabado.


Resultado[]

Guardas grises[]

Los guardas grises aprovecharon la victoria para firmar acuerdos con las naciones de Thedas, para garantizar sus derechos y solidificar su autoridad. En este momento, también se formó el Derecho de Llamamiento. Los guardas grises juraron permanecer alerta a futuros ataques de los engendros tenebrosos en la superficie y advirtieron de la posibilidad de otra Ruina, pero la mayoría de la gente de Thedas ignoró la advertencia.


Reinos enanos[]

Poco después de que la superficie proclamara la victoria y los engendros tenebrosos se retiraran bajo tierra, estos continuaron arremetiendo contra el imperio enano. Aunque los engendros no eran capaces de coordinar bien sus ofensivas sin un archidemonio que los guiara, lo compensaron con su brutalidad y sus números. La comunicación entre los reinos enanos comenzó a debilitarse, por lo que cada reino eligió a su propio rey, manteniendo su lealtad al rey de Orzammar.

En el –40 de la Antigua (1155 TE), se declaró que todos los caminos de las profundidades hacia los otros reinos enanos debían sellarse de forma permanente. Al cabo de una década, llegaron noticias de que los reinos de Hormak y Gundaar habían caído. Kal-Sharok no tenía acceso directo a la superficie y no se recibieron noticias, por lo que los enanos de Orzammar concluyeron que eran el único reino que permanecía en pie.


La prisión de las Montañas Vimmark[]

En el –189 de la Antigua (1006 TE), los guardas grises encontraron engendros tenebrosos inteligentes y capturaron al más poderoso, un emisario conocido como Corifeus. El guarda veterano Sashamiri empleó la sangre de Dumat para encerrar a Corifeus en una prisión diseñada por ellos mismos oculta en las montañas Vimmark.

Esperaron poder estudiar a Corifeus, pero terminaron abandonando el plan cuando descubrieron que Corifeus podía controlar a los guardas a través de la infección de la Ruina que llevaban en la sangre.

Al ser liberado de su prisión en la Era del Dragón, Corifeus mencionó haber entrado en la Ciudad Dorada, pero no sabía nada de su propio estado ni era consciente del tiempo que había pasado desde entonces.


Ascensión de Andraste[]

Incluso después de la Ruina, Tevinter seguía controlando la mayor parte del continente y era la única nación organizada de Thedas, pero su ejército estaba dispersado y con la moral baja. Con el Imperio debilitado, la bárbara Andraste declaró una Marcha Exaltada contra el Imperio 28 años más tarde.


Ver también[]

Entrada del códice: La primera Ruina: capítulo 1 – El segundo pecado

Entrada del códice: La primera Ruina: capítulo 2 – La ascensión de Dumat

Entrada del códice: La primera Ruina: capítulo 3 – La caída de los enanos

Entrada del códice: La primera Ruina: capítulo 4 – Los grifos alzan el vuelo

Entrada del códice: Los viejos dioses

Entrada del códice: Historia de Orzammar: capítulo uno

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