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El diálogo de Morrigan contiene una lista de las conversaciones que Morrigan entabla con los otros compañeros, en las cuales hablan sobre el pasado de cada uno y sus reacciones a los eventos del juego.

Comentarios de Morrigan[]

  • (Añadida al grupo) "En efecto."
  • (Sacada del grupo) "¡Sangre y condenación!"
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  • (Entrando en Lothering) "Ah, mira cómo gimen, aúllan y hacen rechinar los dientes. Es triste con qué impotencia corretean de un lado a otro."
  • (Cerca del tablón del cantor) "Ah, el tablón de la Capilla. Sí, resolvamos problemas por el bien de la humanidad... y por un poco de dinero."
  • (Estatua de Andraste) "Idiotas. Mira que rezarle a una profetisa a la que ellos mismos quemaron y a un dios que les dio la espalda, no una vez sino dos..."
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  • (Entrando al mercado central) "Nunca... había visto semejante acumulación de mercaderes y gente. ¿Siempre es así?"
  • (Entrando la taberna El Noble Roído) "No hay tonto más tonto que un tonto borracho. Eso me dijo mi madre una vez y tenía razón."
  • (Exterior de Maravillas de Thedas) "No sé si quiero imaginar lo que una tienda como ésta puede considerar una "maravilla"..."
  • (Dentro de Maravillas de Thedas) "Esto es todo basura, como que me llamo... Mmmmm, ¿eso es una auténtica talla chasind de la fertilidad?"
  • (Entrando en La Perla) "No termino de entender qué tiene este lugar de especial. En mi experiencia, todo el mundo paga por sexo."
  • (Fuera de la casa del Arl Eamon) "¿Dónde vamos ahora, mmm? La ciudad nos llama."
  • (Puertas de la elfería) "Y estos elfos, ¿por qué permiten que los estabulen como ganado en un sitio asqueroso?"
  • (En el árbol vhenadahl) "¿Un árbol plantado en medio de esta miseria? Dan ganas de soltar una solitaria lágrima de tristeza, ¿verdad?"
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  • (Entrando a los muelles del lago Calenhad) "¿Cómo es eso que nos llaman a madre y a mí? ¿Apóstatas? Da miedo, la verdad."
  • (En la costa del lago Calenhad) "Qué típico: construir una prisión para magos en mitad de un lago y darle forma fálica."
  • (Entrando en los aposentos de los aprendices) "Entonces, ¿todos los magos están encerrados dentro? Un fin apropiado para quienes renuncian a su libertad."
  • (Entrando en los aposentos de los magos superiores) "Ah... Notas el cambio en el aire, ¿verdad? Alguien ha liberado un gran poder en este lugar."
  • (En el estudio de Irving) "Libros, libros y más libros. ¿Es lo único que hacían estos magos, leer?"
  • (Entrando en el gran salón) "Es raro que no hayamos encontrado más resistencia. ¿Dónde estarán todos los magos? ¿Muertos?"
  • (Viendo la corrupción en los aposentos de los templarios) "Qué intrigante. Esta corrupción no se diferencia mucho de la de los engendros tenebrosos. ¿Estarán relacionadas?"
  • (Enfrentando al demonio del deseo "Según parece, es posible conseguir lo que uno más desea y seguir sufriendo horriblemente. Es una lección que deberían conocer todos los que se plantean el matrimonio."
  • (Al ser adormilada por el demonio de la pereza) "Es ridículo. No esperarás que me tumbe a dormir en un suelo lleno de sangre..."
  • (En el Velo) "Qué poco originales son los demonios. Ni una sola de esas creaciones del Velo tiene el menor interés."
  • (Confrontando al demonio de la pereza) "Has hecho un peligroso enemigo, demonio. Nadie juega con mi mente."
  • (Acercándose a Cullen) "Parece que a esos demonios les gusta atormentar a alguien más."
  • (Recoger las cuatro notas de los aprendices) "Así que el precioso Círculo ni siquiera fue el primero en tocar el Velo en su propia torre. Qué apropiado."
  • (Recoger la última nota del aprendiz) "El muchacho está muerto. Entró en contacto con algo del otro lado del Velo y no estaba preparado."
  • (Derrotar a Shah Wyrd) "Fruto de la arrogancia de un imbécil poderoso, incapaz de contener sus propios pensamientos."
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  • (Tomas avisa al grupo sobre los ataques) "Según parece, todo el mundo parece creer que la llegada de una Ruina es el momento perfecto para empezar a matarse. Maravilloso, en serio.."
  • (Exterior de la capilla de Risco Rojo)) "Ah, aire fresco. Costaba respirar con tanta santurronería en el aire."
  • (Acercándose al molino en Risco Rojo) "Sí, sí, precioso. Empapémonos de la vista antes de que comience la masacre."
  • (Túnel secreto en las mazmorras de Risco Rojo) "¿Un túnel que pasa por debajo de un lago entero? ¿Quién construiría una cosa así?"
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  • (Subiendo la primera pendiente en Refugio) "Parece una aldea muy tranquila. Aunque las apariencias engañan a veces, claro."
  • (Por la pendiente que conduce a la capilla) "Ah. Así que están todos en la capilla. Qué edificante."
  • (Entrando al templo en ruinas) "Un templo antiguo, perdido para todos salvo para unos pocos elegidos. ¡Qué maravilla!"
  • (Entrando en la biblioteca del templo en ruinas) "Más libros. Deberíamos quemar algunos para calentarnos, creo."
  • (Estatua de Maferath) "¿Este idiota es alguna figura de importancia religiosa?"
  • (Estatua de Hessarian) "¿Otra figura religiosa? ¿Es que nos van a enseñar la historia de Andraste entera? "
  • (Cavernas de la montaña) "Creo que estamos subiendo hacia la superficie."
  • (En la cima de la montaña tras ver al dragón celestial) "Cuidado. Un dragón es una criatura que siempre conviene evitar."
  • (Entrando al Desafío) "Esto... no es como el resto del templo. Esta zona está impoluta... intacta."
  • (Entrando a la sala del rompecabezas del puente) "¿Otro obstáculo? Esto es casi insoportable."
  • (Sugiriendo la solución del rompecabezas del puente) "Está claro que esto significa que tengo que ayudarte con esta... prueba."
  • (Al accionar una placa) "¿Para qué sirve un puente incorpóreo? ¿Pretenden que nos imaginemos que estamos al otro lado?"
  • (Resolviendo el rompecabezas del puente en el Desafío) "Al fin."
  • (Entrando a la sala de la urna) "Una magia poderosa, sin duda."
  • (Acercándose a la urna) "Estoy asombrada. En serio."
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  • (Saludando al Hahren Sarel) "¿Una guarda gris? ¿Yo? Muérdete la lengua, narrador." (Origen dalishano requerido)
  • (En el campamento dalishano) "Al menos han elegido la libertad al sojuzgamiento. Más valen todas las penurias y los peligros del mundo que la esclavitud."
  • (Cerca del redil de hallas en el campamento dalishano) "¿Qué es ese olor? ¿Ahora tenemos que andar en los corrales de los animales?"
  • (Entrando en el bosque de Brecilia) "Ah. Más bosques. Y yo que pensaba que había dejado atrás la espesura para siempre."
  • (Cerca de las ruinas de Tevinter) "Ruinas tevinteranas. Creo que nos acercamos a nuestro destino final."
  • (Después de que los hombres lobo se retiren a las ruinas) "Ah, ahí está. La guarida del hombre lobo, salvo que esté muy equivocada."
  • (En la puerta bloqueada de las ruinas) "Está bloqueado. Debemos encontrar otro modo de seguirlos."
  • (Al bajar las primeras escaleras de las ruinas del nivel superior) "Las ruinas parecen tevinteranas, pero están llenas de cosas élficas. Es muy raro."
  • (Escuchando al dragón de las ruinas del nivel superior) "Deberíamos preparar las armas."
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  • (Entrando en el campamento de la superficie de las montañas de la Espalda Helada) "¿Vamos a... descender al subsuelo? La idea de tener tanta roca sobre la cabeza resulta... inquietante."
  • (Observando las estatuas de los paragones) "Si algo bueno puede decirse sobre este pueblo es que poseen una notable destreza en la talla de la roca."
  • (Entrando al barrio Plebeyo de Orzammar) "Mmm. Me pregunto dónde dejarán toda la roca..."
  • (Salida a los Caminos de las Profundidades) "Esto, a buen seguro, conduce a los Caminos de las Profundidades, los antiguos pasadizos que antaño comunicaban todos los reinos de los enanos."
  • (Exterior de la taberna Tragos) "No quiero ni pensar con qué destilará su licor un morador del subsuelo."
  • (Entrando a la taberna Tragos) "Uf. No... no compréis nada. Ni toquéis nada. Ni... os sentéis en ninguna parte."
  • (Entrando en Escorial) "¿Por qué no se levantan los pobres? Es algo que nunca he entendido."
  • (En la palestra de los juegos) "Ah, el momento cumbre de la vida subterránea, ya entiendo."
  • (Entrando al barrio del Diamante) "Ah, las diferencias sociales siempre acaban por hacerse evidentes, independientemente de dónde esté una."
  • (Exterior del palacio) "Para ser un pueblo tan menudo, hacen edificios bastante... altos."
  • (Vista panorámica) "¿Tenemos que acercarnos tanto al borde? Siento la montaña directamente sobre mi cabeza..."
  • (Entrando en las Trincheras de los Muertos) "Esto... es una especie de capilla. ¿A quién adorarán en un sitio como éste? ¿Y por qué?"
  • (Sobre los cadáveres de engendros tenebrosos en las Trincheras de los Muertos) "Alguien ha dado una brutal lección a los engendros tenebrosos. Impresionante."
  • (Más cadáveres de engendros tenebrosos en las Trincheras de los Muertos) "Parece que nuestros misteriosos amigos sentían un odio cerval por los engendros tenebrosos."
  • (Entrando en el Yunque del Vacío) "Branka estará cerca. Debía de estar muy obsesionada para sobrevivir aquí abajo tanto tiempo."
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  • (En la ciudad de Denerim durante la batalla final) "Parece que la ciudad entera ha sido arrasada. Así habrá menos curiosos."
  • (Entrada del Fuerte Drakon) "¡Creo que eso de ahí es fuerte Drakon! ¡Corramos!"
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  • (Entregando las noticias de muerte) "Tu hombre ha muerto. Supéralo." o "Oh, por favor. No creo que yo sea la persona más indicada."
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  • (Activando a Shale) "Y yo que pensaba que estarías agradecido a quien te ha dado la oportunidad de estirar las piernas, gólem."


Morrigan y Alistair[]

  • Morrigan: Quisiera preguntarte una cosa, Alistair, si tienes un instante..
  • Alistair: ¿Tengo alternativa?
  • Morrigan: De los dos guardas grises supervivientes, ¿no eres tú el más antiguo? Me extraña que sea él quien da las órdenes y tú quien las sigue.
  • Alistair: Te extraña, ¿eh?
  • Morrigan: Lo cierto es que te inclinas ante un simple recluta. ¿Es habitual entre los guardas grises? ¿O solo en tu caso?
  • Alistair: ¿Qué es lo que quieres oír? ¿Que prefiero obedecer órdenes a darlas? Así es.
  • Morrigan: No te pongas tan a la defensiva.
  • Alistair: ¿No podrías ocultarte en un matorral y morirte? Sería muy de agradecer.

(Si el linaje de Alistair ha sido revelado)

  • Morrigan: Simplemente, estaba buscando algún rastro de tu padre en ti, nada más.
  • Alistair: Déjame en paz.

(Si Alistair se ha endurecido)

  • Alistair: Quizá preferirías dirigir tú nuestro grupo. Estaría bien para divertirnos un rato.
  • Morrigan: No te pongas tan a la defensiva.
  • Alistair: ¿No podrías ocultarte en un matorral y morirte? Sería muy de agradecer.
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  • Morrigan: Tengo entendido que no disfrutaste mucho de la instrucción con los templarios, ¿verdad?
  • Alistair: Me hablas a mí, ¿no?
  • Morrigan: ¿Ves por aquí a alguien más que haya fracasado en su instrucción religiosa?
  • Alistair: No fracasé. Me reclutaron los guardas grises.
  • Morrigan: ¿Y si no te hubieran reclutado? ¿Qué habría sucedido entonces?
  • Alistair: Supongo que me habría convertido en un lunático babeante, habría asesinado a la suma sacerdotisa y me habría arrojado a las calles de Denerim en ropa interior.
  • Morrigan: Me admira lo bien que te conoces.
  • Alistair: Sabía que te gustaría.
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  • Morrigan: Cuidado dónde posas los ojos, Alistair.
  • Alistair: Sí, bueno, no hace falta que te preocupes. No es lo que crees.
  • Morrigan: Ya.
  • Alistair: Te estaba mirando la nariz.
  • Morrigan: ¿Y qué tiene mi nariz que tanto te cautiva?
  • Alistair: Estaba pensando que es idéntica a la de tu madre.
  • Morrigan: Te odio.
  • Alistair: ¿Cómo?
  • Morrigan: Da igual.
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  • Morrigan: Oye... Realmente no crees que me parezca a mi madre, ¿verdad?
  • Alistair: ¿En eso has estado pensando todo este tiempo?
  • Morrigan: Simplemente, siento curiosidad.
  • Alistair: Y nada de inseguridad, desde luego.
  • Morrigan: Yo creo que no me parezco en nada a ella.
  • Alistair: No sé. Espera unos cuantos siglos y ya veremos...
  • Morrigan: ¡He dicho que no me parezco a ella!
  • Alistair: Vale. Entendido. Sois totalmente diferentes. Ahora me doy cuenta.
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  • Alistair: Bueno... Hablemos de tu madre un momento.
  • Morrigan: Yo preferiría hablar de la tuya.
  • Alistair: La mía te aburriría. La tuya, en cambio, es una terrible bruja que vive en medio de un bosque. Es mucho más interesante.
  • Morrigan: Puede que para ti. Pero es que a ti te parece interesante el moho que crece sobre las rocas.
  • Alistair: ¿Sabes lo más interesante del tema? Apóstatas. Magos que viven fuera de la torre. Es ilegal, ¿sabes?
  • Morrigan: Eso lo has leído en algún libro, ¿verdad? Espero que la letra pequeña no te cansara demasiado.
  • Alistair: También podemos no hablar sobre tu madre. Por mí está bien.
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  • Alistair: Dime una cosa, Morrigan. ¿Has vivido en ese bosque toda la vida?
  • Morrigan: Salía de vez en cuando, pero siempre regresaba. ¿Por qué? ¿Tan extraño te parece? Era mi casa.
  • Alistair: ¿Pero allí solo estabais tu madre y tú? ¿Nadie más?
  • Morrigan: En ocasiones, madre tenía... compañía.
  • Alistair: ¿Cómo? ¿Compañía? No sé si preguntar...
  • Morrigan: No. Mejor que no lo hagas.
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  • Alistair: ¿Por qué siempre estás diciendo que soy un estúpido? No es verdad, ¿sabes?
  • Morrigan: Si necesitas preguntarlo...
  • Alistair: Pues hieres mis sentimientos masculinos, ¿sabes? Todos ellos.
  • Morrigan: En ese caso, cuando esto termine, te mandaré una disculpa por escrito.
  • Alistair: Me eduqué en la Capilla. Estudié historia. No forman a templarios estúpidos.
  • Morrigan: Será que me equivocaba, entonces. Estoy impresionada.
  • Alistair: No, no es verdad. Ni siquiera me estás escuchando.
  • Morrigan: Vaya, al final resulta que eres más listo de lo que parecías. Tu Capilla debe de sentirse muy orgullosa.
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  • Alistair: Muy bien. Se me ha ocurrido una pregunta que no podrás responder.
  • Morrigan: ¿Hablas conmigo?
  • Alistair: Exacto. Te crees muy lista, ¿verdad? Pues tengo una pregunta erudita que seguro que no puedes responder.
  • Morrigan: Oh, lo dudo.
  • Alistair: Entonces dime: ¿cómo se llamaba el marido de Andraste?
  • Morrigan: Es una pregunta religiosa, no erudita.
  • Alistair: Será una broma, ¿no? Hasta un niño de cinco años sabría la respuesta a esa pregunta. ¿No sabes más que un niño?
  • Morrigan: Tu religión me importa un comino. Y este jueguecito se acabó.
  • Alistair: Oh, cómo se desmoronan los poderosos.
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Alistair: Bueno, ¿qué hay entre él y tú? ¿Te importa que te lo pregunte?
  • Morrigan: ¿Él? ¿Qué él? ¿Se supone que tengo que entender lo que dices?
  • Alistair: Ya sabes a quién me refiero. El señor Vamos-a-darnos-besitos, que ves ahí.
  • Morrigan: Vaya, vaya, estás celoso. ¿Te he arrebatado a tu guarda gris favorito?
  • Alistair: ¿Cómo? ¡No estoy celoso! Estoy horrorizado.
  • Morrigan: Eso no es lo que dice el rubor de tus mejillas.
  • Alistair: El rubor de mis mejillas está horrorizado porque está seguro de que le chuparás hasta la última gota de sangre cuando hayas terminado con él.
  • Morrigan: Si siento la necesidad de chupar algo tuyo, Alistair, serás el primero en enterarte.
  • Alistair: Eso... eso no es lo que quería decir.
  • Morrigan: ¿Por qué no vas a compartir con él tus preocupaciones? Puede que, si le hablas con amabilidad, te preste más atención.
  • Alistair: Ajá. Creo que esta conversación ha terminado.
  • Morrigan: Antes de empezar, de hecho.
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(Si la Guarda tiene un romance con Alistair)

  • Morrigan: Me estaba preguntando... ¿Está permitido que dos guardas grises...? Mmm, ¿qué palabra estoy buscando?
  • Alistair: ¿Ululato?
  • Morrigan: Confraternicen.
  • Alistair: ¿Qué tiene de malo confraternizar?
  • Morrigan: Se me antoja un acto de indisciplina para una organización que se jacta de hacer lo que sea necesario para acabar con la amenaza de los engendros tenebrosos.
  • Alistair: Una cosa no tiene nada que ver con la otra.
  • Morrigan: ¿Ah, no? ¿Y si un guarda gris se viera obligado a elegir entre la guarda a la que ama y acabar con la Ruina? ¿Qué decisión tomaría?
  • Alistair: Es una pregunta... absurda.
  • Morrigan: Y ya tengo la respuesta. Muchas gracias.
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(Tras haberse revelado el linaje de Alistair)

  • Morrigan:Hay una cosa que no entiendo, Alistair.
  • Alistair: ¿Solo una?
  • Morrigan: Sobre ti, puede que sí. ¿A qué se debe el secretismo sobre tu ascendencia?
  • Alistair: Pensaba que eras una experta en engaños...
  • Morrigan: Es cierto. Y la utilidad que podía tener éste en concreto terminó al morir Cailan, ¿no es así?
  • Alistair: Puede. Supongo que yo esperaba que las cosas pasaran, sin más.
  • Morrigan: La verdad no "pasa".
  • Alistair: No he dicho que fuese un buen plan.
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(Tras completar La familia de Alistair)

  • Morrigan: Así que has conocido a tu hermana.
  • Alistair: Medio hermana, pero sí.
  • Morrigan: ¿Y ha resultado ser una bruja insufrible?
  • Alistair: Te habría caído bien. Tenéis muchas cosas en común.
  • Morrigan: ¿Y has dejado que te insultara? ¿Sin castigarla?
  • Alistair: Es en momentos como éste cuando más aprecio lo diferentes que somos tú y yo.
  • Morrigan: Es en momentos como éste cuando me pregunto si hay mucha diferencia entre tú y una seta.

(Alternativo)

  • Morrigan: ¿Y le has prometido que la ayudarías?
  • Alistair: Eh... Sí, ¿y?
  • Morrigan: ¿Por qué lo has hecho? Esa mujer es un parásito que no agradecerá nada de lo que hagas por ella. ¿Eres consciente de ello?
  • Alistair: Es en momentos como éste cuando más aprecio lo diferentes que somos tú y yo.
  • Morrigan: Es en momentos como éste cuando me pregunto si hay mucha diferencia entre tú y una seta.

(Alternativo)

  • Morrigan: ¿Y le has dado dinero?
  • Alistair: Eh... Sí, ¿y?
  • Morrigan: ¿Por qué lo has hecho? Esa mujer es un parásito que no agradecerá nada de lo que hagas por ella. ¿Eres consciente de ello?
  • Alistair: Es en momentos como éste cuando más aprecio lo diferentes que somos tú y yo.
  • Morrigan: Es en momentos como éste cuando me pregunto si hay mucha diferencia entre tú y una seta.
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(Tras completar El Círculo Roto)

  • Alistair: Bueno, dime, ¿la torre de los hechiceros era como esperabas?
  • Morrigan: ¿Un sitio infestado de abominaciones y templarios dispuestos a matar al primer mago que viesen? Sí, la verdad es que cumplió con mis expectativas.
  • Alistair: ¿No crees que habría sido mejor recibir allí tu instrucción? ¿En lugar de con tu madre, que quién sabe lo que te enseñó?
  • Morrigan: Tienes razón. Mi madre no tenía, ni de lejos, tantas abominaciones. Eso habría favorecido mucho mi educación, sin duda.
  • Alistair: Mmmm. En eso tienes razón.
  • Morrigan: Qué alivio.
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(Durante La Urna de las Cenizas Sagradas)

  • Morrigan: Parece que nos estamos desviando bastante de nuestro camino para revivir a ese arl Eamon.
  • Alistair: Necesitamos su ayuda. ¿Qué opciones tenemos?
  • Morrigan: Tiene que haber otras, aparte de buscar una reliquia sagrada de cuya existencia ni siquiera tenemos total certeza. Me parece que nuestras esperanzas penden de un hilo muy fino.
  • Alistair: El arl Eamon no parecía pensar así.
  • Morrigan: ¿Hablamos del mismo hombre que no tenía ni la menor idea de lo que estaba ocurriendo en su propio castillo?
  • Alistair: No sabes nada sobre él, así que no lo juzgues. Creo que es nuestra mejor opción.
  • Morrigan: ¿Para derrotar a los engendros tenebrosos? ¿O para salvar a la figura paterna de cierto templario?
  • Alistair: ¡Ya está bien! Déjalo de una vez.
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(Tras que la Guarda termine el romance con Alistair.)

  • Morrigan: ¿Es cierto que vuestra relación ha terminado?
  • Alistair: Déjame en paz. Eso no es asunto tuyo.
  • Morrigan: ¿Cómo? ¿No se puede hacer preguntas? ¿No quieres que se sepan los motivos de...?
  • Alistair: He dicho que te calles. Al menos, si no quieres que te atraviese con esta espada. Y no estoy bromeando.
  • Morrigan: Ya veo. Así que se trata de algo serio.
  • Alistair: La discusión ha terminado.
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(Si Alistair se va a convertir en rey)

  • Alistair: Bueno, ¿te has enterado? De que voy a ser rey, digo. Con corona y todo.
  • Morrigan: Estás muy orgulloso de ti mismo, ¿eh?
  • Alistair: Bueno, no le ofrecen la corona a cualquiera, ¿sabes? Por ejemplo, a brujas malvadas de los bosques.
  • Morrigan: Hubo un rey fereldeno que babeaba con tal profusión que necesitaba en todo momento un asistente que le limpiara la barbilla en la corte.
  • Alistair: Te lo estás inventando.
  • Morrigan: En absoluto. A los reyes de antaño les complacerá descubrir que su descendencia no se ha alejado demasiado de sus raíces.
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(Durante El castillo de los guardas)

  • Alistair: Pico del Soldado. Parece que ha conocido tiempos mejores. Hace mucho.
  • Morrigan: Antes, en sus tiempos de gloria, la orden de los guardas tenía las filas repletas de miembros escogidos con inflexibles criterios. Ahora aceptan incluso a gente como tú, Alistair.
  • Alistair: ¡Oye!


Morrigan y el Perro[]

  • Morrigan: Deja de mirarme así, chucho. No tengo nada para ti.
  • Perro: (Aúlla)
  • Morrigan: ¡¿Por qué no dejas de mirarme así, maldita bestia comida por las moscas?! ¿Es que no te das cuenta de que no te quiero?
  • Perro: (Aúlla)
  • Morrigan: A mí me gusta la compañía de las criaturas salvajes del bosque. No de un lobo domesticado y apestoso.
  • Perro: (Aúlla)
  • Morrigan: ¡Y dale! ¡Me vas a volver loca!
  • Perro: (¡Ladra alegremente!)
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  • Morrigan: Te has comido mi bolsa de hierbas, estúpido chucho. No te creas que no sé dónde ha ido a parar.
  • Perro: (Emite un gemido triste)
  • Morrigan: La culpa es tuya por ser tan glotón. Algunas de esas hierbas eran venenosas. Tienes suerte de seguir con vida.
  • Perro: (Ladrido coloquial)
  • Morrigan: No seas ridículo. No te daría más bajo ningún concepto, aunque las tuviera.
  • Perro: (Aúlla)
  • Morrigan: Hay que tener valor, criatura. Y además, tu aliento deja mucho que desear. Lárgate.
  • Perro: (Aúlla)
  • Morrigan: Ya veremos. No te prometo nada.
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  • Perro: (Lanza un gemido lastimero)
  • Morrigan: ¿Otra? Pero si acabo de darte una, estúpido perro.
  • Perro: (Continúa con sus gemidos lastimeros)
  • Morrigan: Quizá deberías ir a cazar algo por ti mismo. Para ser un animal de guerra, hay que ver lo inútil que eres.
  • Perro: (¡Ladra alegremente!)
  • Morrigan: Oh, de acuerdo. Pero que no se entere nadie.


Morrigan y Leliana[]

  • Leliana: Estaba preguntándome, Morrigan... ¿Tú crees en el Hacedor?
  • Morrigan: No, claro. Dejé atrás el miedo primitivo a la luna, así que no necesito tener fe en cuentos para poder conciliar el sueño por las noches.
  • Leliana: Pero esto no puede ser un accidente. Los espíritus, la magia, todas las cosas oscuras y luminosas que nos rodean... Tú sabes que existen.
  • Morrigan: El hecho de que existan no presupone el diseño inteligente por parte de una ausente figura paternal.
  • Leliana: ¿Entonces no existe más que el azar? ¿Nuestra presencia aquí es fruto de una feliz coincidencia?
  • Morrigan: Tratar de imponerle el orden al caos es un empeño fútil. La naturaleza es, en esencia, caótica.
  • Leliana: Yo no creo eso. Creo que tenemos un propósito. Todos nosotros.
  • Morrigan: Y el tuyo es fastidiarme, según parece.
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  • Leliana: ¿Así que no crees en ningún poder superior?
  • Morrigan: Por lo que veo, es algo que te preocupa mucho. No, no creo. ¿Debería?
  • Leliana: ¿Y entonces qué crees que ocurre cuando morimos? ¿Nada?
  • Morrigan: Yo no iré a sentarme a la diestra del Hacedor, si te refieres a eso.
  • Leliana: Solo los que son dignos acaban a la diestra del Hacedor. Muchas almas tristes quedan abandonadas en el vacío, sin esperanza y perdidas para siempre.
  • Morrigan: ¿Y qué prueba tienes de eso? Yo solo veo espíritus, no fantasmas errantes de perversos infieles.
  • Leliana: Debe de ser triste no desear nada, no amar nada y no esperar recompensa alguna en la otra vida.
  • Morrigan: Sí, la angustia me desgarra por dentro. Has llegado hasta el fondo de mi tristísimo corazón.
  • Leliana: Te estás burlando de mí.
  • Morrigan: ¿Te has dado cuenta? Parece que tu perspicacia no conoce límites.
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  • Leliana: Deja que te pregunte una cosa, Morrigan. ¿Y si realmente existe el Hacedor?
  • Morrigan: Entonces tendré que preguntarme por qué ha abandonado su creación. Me parece una terrible irresponsabilidad por su parte.
  • Leliana: Nos abandonó porque estábamos decididos a salirnos con la nuestra, aunque eso nos costara caro, y Él no soportaba presenciarlo.
  • Morrigan: ¿Cómo lo sabes? No puedes preguntárselo. Puede que se haya marchado a una creación completamente diferente y haya decidido abandonar este fracaso, que ahora prefiere olvidar.
  • Leliana: No necesito saberlo, porque tengo fe. Creo en Él y siento su esperanza y su amor.
  • Morrigan: "Fe". Con qué rapidez invocan esas palabras quienes carecen de respuesta.
  • Leliana: ¿Cómo es posible que alguien que practica la magia tenga tan poca capacidad de creer en aquello que no puede ver?
  • Morrigan: La magia es real. Puedo tocarla y gobernarla, y no necesito fe para que me llene por dentro. Si estás buscando un poder superior, ahí lo tienes.
  • Leliana: Pero solo si puedes controlarlo. No envidio la soledad que debes de sentir en ocasiones, Morrigan.
  • Morrigan: Déjame... en paz. Cualquier soledad sería preferible a esta... incesante cháchara.
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  • Leliana: Dicen que tu madre es Flemeth, una bruja de la espesura de Korcari.
  • Morrigan: También dicen que lavarte los pies en invierno hace que cojas frío en la cabeza, pero todos sabemos que eso no es cierto. Pero a veces hay cosas que son ciertas, como por ejemplo ésta.
  • Leliana: ¿Conoces las historias que se cuentan sobre...?
  • Morrigan: Pues claro. ¿Acaso crees que mi madre iba a quedarse sin contarme todas las historias de su juventud?
  • Leliana: La mía también me contaba historias. A ella le debo mi amor por los cuentos y las leyendas antiguas.
  • Morrigan: Mmph. Las que me contaba mi madre me helaban la sangre y me atormentaban en sueños. Una niña pequeña no quiere oír historias sobre los hombres de la espesura a los que su madre se lleva a la cama y a los que utiliza hasta dejarlos agotados, antes de matarlos. Una niña pequeña no quiere oír que se espera lo mismo de ella cuando sea mayor.
  • Leliana: Ah... Eh... Entiendo.
  • Morrigan: No. No lo creo.
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  • Leliana: ¿Conoces historias de la espesura?
  • Morrigan: Ninguna de las que a ti te gustan. No hay princesas encerradas en altas torres ni caballeros que se abalanzan sobre ejércitos enteros.
  • Leliana: ¡Eso no es lo único que me gusta!
  • Morrigan: ¿Quieres que te cuente historias sobre los chasind de la espesura? ¿Quieres saber cómo torturan a sus enemigos hasta la muerte? ¿O prefieres un cuento sobre ciertas criaturas ponzoñosas que ponen sus huevos sobre tu piel para que sus crías puedan devorarte viva al eclosionar? ¿O te gustaría una historia sobre la cocina de mi madre? Es, en mi opinión, la más aterradora de todas ellas.
  • Leliana: Eh... no. Prefiero no saber nada de esas cosas...
  • Morrigan: Entonces no tengo historias para ti.
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  • Leliana: Eres muy hermosa, Morrigan.
  • Morrigan: Dime algo que yo no sepa.
  • Leliana: Pero siempre vistes con harapos. Supongo que te conviene... Un pequeño desgarrón aquí, un agujero allá, para mostrar un poco de carne. Lo entiendo...
  • Morrigan: Sabrás que he vivido toda mi vida en un bosque, supongo.
  • Leliana: A lo mejor podríamos buscar un bonito vestido para ti algún día. De seda... No, mejor de terciopelo. El terciopelo es más grueso, más apropiado contra el frío de Ferelden. Un terciopelo rojo oscuro, sí... con bordados dorados... y con un escote generoso, claro está. No queremos esconder tus encantos.
  • Morrigan: Deja de mirarme los pechos de ese modo. Es perturbador.
  • Leliana: ¿No estás de acuerdo? Y si tiene un buen escote, habrá que recogerte el pelo, para que se vea ese precioso cuello...
  • Morrigan: Estás loca. Antes dejaría que me vistiera Alistair.
  • Leliana: ¡Será muy divertido, te lo prometo! ¡Podemos elegir también los zapatos! ¡Oh, zapatos! ¡Podríamos ir de compras juntas!
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan y Leliana)

  • Morrigan: No me gusta compartir lo que es mío. Ya deberías saberlo.
  • Leliana: No te he pedido nada tuyo, que yo sepa.
  • Morrigan: Tampoco te lo habría prestado. Te aconsejo que desistas y te busques uno para ti.
  • Leliana: ¿Un qué?
  • Morrigan: No te hagas la ingenua conmigo. Si lo que estás buscando es una competición, la tendrás.
  • Leliana: La gente del campo sois muy raros. Y muy posesivos.
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan y Leliana)

  • Morrigan: Veo que sigues empeñándote en estar donde no se te quiere.
  • Leliana: ¿Estás celosa? ¿Se trata de eso? Porque no creo que sea asunto tuyo adónde voy y adónde no.
  • Morrigan: Oh, puedes seguir igual, si lo deseas. Simplemente te estoy avisando de que afrontarás las consecuencias.
  • Leliana: No olvides, Morrigan, que también yo tengo mis propios recursos. No hagas promesas que luego no puedas cumplir.
  • Morrigan: Yo siempre cumplo lo que prometo.
  • Leliana: Hablar es muy fácil.
  • Morrigan: ¿Y eso lo dice una bardo?
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan y Leliana)

  • Morrigan: No creerás de verdad que va a preferirte a ti.
  • Leliana: Qué curioso. Estaba a punto de decirte lo mismo.
  • Morrigan: ¿Ah, sí? ¿Y qué crees tú que tienes que ofrecer?
  • Leliana: No lo sé. Pero si acabamos juntos será porque me ama. Y eso es algo real.
  • Morrigan: Ah, el amor. Un fruto que se pudre muy rápido en la rama y luego solo puede ofrecer un recuerdo de su dulzura. ¿Qué vale, en realidad?
  • Leliana: Todo. Eso solo puede ignorarlo una persona reseca y vacía por dentro.
  • Morrigan: Ya veremos.

(Si el Guarda se ha acostado con Morrigan, pero no con Leliana)

  • Morrigan: No creerás de verdad que va a preferirte a ti.
  • Leliana: Qué curioso. Estaba a punto de decirte lo mismo.
  • Morrigan: Pues nos hemos acostado. ¿Lo sabías?
  • Leliana: Lo... sospechaba. Mejor. Así descubrirá antes que no tienes nada más que ofrecer.
  • Morrigan: El mundo de la carne es uno de los múltiples deleites que escondo. ¿Qué crees que hará cuando descubra que tú solo puedes ofrecerle tu frígida incompetencia?
  • Leliana: Si llegamos a ese punto... si llegamos, repito... será porque nos amamos.
  • Morrigan: Ah, el amor. Un fruto que se pudre muy rápido en la rama y luego solo puede ofrecer un recuerdo de su dulzura. ¿Qué vale, en realidad?
  • Leliana: Todo. Eso solo puede ignorarlo una persona reseca y vacía por dentro.
  • Morrigan: Ya veremos.
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(Si el Guarda tiene un romance con Leliana)

  • Morrigan: Tu forma de mirarlo, esa avidez... Cualquiera diría que es la primera vez que ves un hombre.
  • Leliana: Lo que yo mire no es asunto tuyo.
  • Morrigan: Es casi como si quisieras que notase tu mirada sobre él y se fijase en ti. Y puede que lo haga, pero ¿qué verá? Una chica flaca como un muchacho y con el pelo sucio y enredado.
  • Leliana: ¿Qué pretendes decir, Morrigan? ¿Que no soy atractiva? No necesito hacer comentarios despectivos sobre otras mujeres para sentirme mejor. Sé quién soy. Dices que soy yo la que intenta hacerse notar, cuando en realidad eres tú. Ha hecho caso omiso de tus insinuaciones, ¿verdad? Puede que sea hora de dejar de proyectar tus problemas en los demás.

(Si el Guarda tiene un romance con Leliana y Morrigan)

  • Morrigan: Tu forma de mirarlo, esa avidez... Cualquiera diría que es la primera vez que ves un hombre.
  • Leliana: Lo que yo mire no es asunto tuyo.
  • Morrigan: Es verdad. Sería una tontería negarlo, pero... ¿para qué iba a elegirte a ti pudiendo tenerme a mí?
  • Leliana: Estás muy segura de ti para ser una mujer que se ha criado en una ciénaga, lejos de la civilización.
  • Morrigan: ¿Y no has pensado que, a lo mejor, ése es mi atractivo? A una mujer como tú podría encontrarla en cualquier ciudad de Thedas. ¿Te crees refinada? ¿Cosmopolita? Empolvada y perfumada, transpiras elegancia, pero ¿qué hombre desea a una mujer que se queda inmóvil debajo de él, paralizada por la posibilidad de estropearse el peinado?
  • Leliana: ¿Así que estás diciendo que eres salvaje y desinhibida? Seguro que le gustan tus chillidos, porque se parecen a los de un genlock agonizante... Un sonido realmente grato para los oídos de un guarda gris. La próxima vez, intenta gritar un poco más. No creo que te hayan oído en las Anderfels.
  • Morrigan: Vaya, Leliana. Controla esos celos o te saldrán arrugas.
  • Leliana: Aléjate de mí o tendré que tomar medidas drásticas.
  • Morrigan: Vaya, una amenaza. Y yo que creía que eras civilizada...
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(Si el Guarda deja a Morrigan por Leliana)

  • Morrigan: Así que te ha elegido. ¿Crees que es un triunfo? Cuando lo mires... piensa que nunca será tuyo de verdad.
  • Leliana: Estás celosa, Morrigan. Bah, eso no es propio de...
  • Morrigan: Te burlas de mí, pero quiero que sepas que cuando esté entre tus brazos, en tu cama, diciéndote que te quiere, habrá momentos en que piense en mí.
  • Leliana: Que Andraste me perdone, pero eres una ramera, Morrigan. Una ramera cruel, que algún día se llevará su merecido.
  • Morrigan: Puede. Pero aun así, en el fondo de tu corazón, sabes que digo la verdad.
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan en nivel Amar)

  • Leliana: Me alegro de veros juntos. El amor es maravilloso, ¿no?
  • Morrigan: ¿De qué estás hablando? ¿Qué tontería es ésa?
  • Leliana: Hablo del guarda gris y de ti. No creerás que no nos hemos dado cuenta, ¿verdad?
  • Morrigan: No hay nada de lo que darse cuenta. Lo que tú llamas "amor" no es más que un capricho pasajero.
  • Leliana: ¡Oh, no intentes engañarme! En tu interior, seguro que eres muy feliz.
  • Morrigan: Te diré una cosa y no volveremos a hablar sobre esto. El amor es una debilidad. El amor es un tumor que crece en tu interior y te hace cometer estupideces. El amor es la muerte. El amor con el que tú sueñas es algo que sería más importante que ninguna otra cosa, más que la propia vida. No conozco un amor así.
  • Leliana: Oh.
    • Morrigan: Lo que sí conozco es la pasión. El respeto entre dos iguales. Cosas mucho más valiosas, de las que tú y yo nunca volveremos a hablar. Y ahora vete.
    • (Si el Guarda a acabado previamente una relación con Leliana) Morrigan: Me ha preferido a ti. Si esperabas que hubiese escogido algo puro, dulce y acaramelado, te has confundido del todo. Lo que ha escogido es la pasión. El respeto entre dos iguales. Cosas mucho más valiosas, de las que tú y yo nunca volveremos a hablar. Y ahora vete.
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(Tras completar El arl de Risco Rojo)

  • Morrigan: Supongo que habrás compuesto una balada para conmemorar lo sucedido en Risco Rojo, ¿no, Leliana?
  • Leliana: ¿Por qué iba a hacer tal cosa?
  • Morrigan: Has vuelto a sacar los instrumentos, ¿no? Por decirlo así. Los bardos cogen los sucesos importantes y fabulan con ellos.
  • Leliana: ¡Lo que pasó en Risco Rojo fue horrible! Murió muchísima gente, mancillada por fuerzas de inimaginable maldad.
  • Morrigan: No ha sido tan difícil, ¿a que no? Aunque creo que le vendría bien un poco de música.
  • Leliana: Lo dices como si hubieras disfrutado con ello. Yo apenas soporto pensarlo.
  • Morrigan: Pero al final salimos victoriosos. La victoria sin precio tiene poco valor.
  • Leliana: No hago más que pensar en lo que tuvo que pasar ese pobre niño... No, no quiero glorificar lo que ocurrió allí.
  • Morrigan: Entonces, ¿quién se enterará? Yo pensaría en ello un poco más, si estuviera en tu lugar.
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(Tras empezar El pasado de Leliana)

  • Morrigan: Así que, en realidad, eras una pequeña embustera.
  • Leliana: Ya tardabas en venir a regodearte.
  • Morrigan: Simplemente, el hecho de que una de las devotas hermanas de la Capilla sea un compendio de hipocresías encaja a las mil maravillas con mi imagen de esa organización.
  • Leliana: Hay gente buena en la Capilla. Muchas personas que, simplemente, están allí para ayudar a los demás.
  • Morrigan: Y, según parece, también otras que solo fingen ser buenas.
  • Leliana: Al menos yo estaba intentando mejorar. Al menos, lamentaba el mal que había hecho. Prefiero eso mil veces a ser alguien que nunca ha amado nada ni a nadie, y a sí misma menos que a nadie.
  • Morrigan: Bueno, parece que al menos has sacado la típica petulancia de la Capilla. Muy bien.


Morrigan y Oghren[]

  • Oghren: Te lo juro, no sabes la de cosas que podría contarte...
  • Morrigan: Ay. Esa criatura está mirándome otra vez con esa sonrisa...
  • Oghren: Oh. ¿Lo he dicho en voz alta?
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  • Oghren: No podrías hacerme daño ni aunque lo intentaras, bruja. ¿Lo sabes?
  • Morrigan: ¿No?
  • Oghren: Los enanos somos resistentes a la magia, humana. No podrías hacerme nada.
  • Morrigan: ¿Nada? ¿Ni siquiera, por ejemplo, darte una patada en tu masculinidad?
  • Oghren: Oh.
  • Morrigan: ¿Quieres verlo?
  • Oghren: No es necesario.
  • Morrigan: Bueno, la oferta sigue en pie.
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  • Morrigan: Qué olor más repulsivo.
  • Oghren: ¿Y por qué me miras a mí?
  • Morrigan: ¿Debería mirar a otra parte? ¿Te has olvidado del pescado que llevabas en la mochila, quizá?
  • Oghren: Lo estoy guardando. Aún le falta un día para meterlo en la lejía, como poco.
  • Morrigan: Ni los chasind tienen hábitos tan abominables, y eso que se comen la carne de los muertos.
  • Oghren: Vale, vale, lo meteré en lejía. Como quieras, doña melindres.
  • Morrigan: Eso no es lo que... No, olvídalo. Simplemente... date prisa en acabar.
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  • Oghren: Mmmm. Así que puedes convertirte en diferentes animales, ¿eh? ¿Cómo gatos y lobos, por ejemplo?
  • Morrigan: Cuando el deseo se apodera de mí...
  • Oghren: ¿Alguna vez has...? Ya sabes. "Allá donde fueres...".
  • Morrigan: Qué curiosa y pequeña mente la tuya, enano. ¿Y si fuera así? ¿Eso te reconfortaría en las largas y solitarias noches?
  • Oghren: Mmmm. ¿Algunas vez has cambiado mientras...?
  • Morrigan: ¿Por qué te interesa tanto de repente?
  • Oghren: ¿Cómo sabemos que eres realmente una mujer? Podrías ser un ratón... ¡O incluso un nug! ¡Ja! ¡Imagínatelo!
  • Morrigan: Vaya, me has descubierto. Soy un nug con forma humana. He venido a espiar a tu raza.
  • Oghren: Ah. Los nugs están buenos con mucha salsa. Es un simple comentario, conste.
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  • Morrigan: Si vuelves a ponerme una mano encima, enano, será lo último que hagas.
  • Oghren: Eh, no te lo tomes como algo personal. ¡Me he tropezado con una piedra! No querrás que me caiga y me parta el cuello, ¿verdad?
  • Morrigan: La perspectiva no me entristece demasiado.
  • Oghren: Bah. Hablas como Branka.
  • Morrigan; Entonces alabo su sentido común. Pero es la última vez que te lo digo. No vuelvas a tocarme.
  • Oghren: Oh. Lo mismo me dijo Branka...
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  • Oghren: ¿Alguna vez has pensado en echarte marido, Morrigan? Te vendría muy bien, ¿sabes?
  • Morrigan: ¿Atarme a otra persona con lazos de servidumbre? Qué absurdo.
  • Oghren: ¿No querrías pequeñas Morrigan correteando de acá para allá todo el día? ¿Oír el ruido de piececillos de bruja en casa?
  • Morrigan: Lo dices como si una cosa estuviera necesariamente asociada a la otra. Mi madre nunca necesitó un marido para tener a sus hijas.
  • Oghren: Pero tú no eres una vieja bruja del bosque. Estoy seguro de que podrías conseguir un marido estupendo. Solo tendrías que enseñar un poco la mercancía.
  • Morrigan: ¿Así es como "conseguiste" tú a tu esposa? No me extraña que acabara recurriendo a su propio sexo.
  • Oghren: Eso ha sido una crueldad.
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  • Morrigan: Eres una criatura repulsiva, enano. ¿Creías que no iba a verte? Esa bufanda es mía.
  • Oghren: ¡Bah! Tenía que sonarme la nariz. Este maldito aire de la superficie me hace cosquillas en las fosas nasales.
  • Morrigan: ¡No tenías derecho a cogerla! ¡No es tuya!
  • Oghren: No seas nug. Puedes usar mi pañuelo cuando quieras.
  • Morrigan: Si tienes un pañuelo, ¿por qué no lo usas?
  • Oghren: Porque está demasiado sucio. Tu bufanda estaba más limpia.
  • Morrigan: ¡Es intolerable! No me obligues a poner a prueba tu famosa resistencia enana, idiota.
  • Oghren: Promesas, promesas...
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Oghren: ¿Qué veis en él?
  • Morrigan: ¿En quién?
  • Oghren: En el guarda.
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) Estás celoso, ¿eh?
  • Oghren: ¡Celoso! ¿De él? ¡Ja!
  • Morrigan: Pues claro. Es un hombre apuesto, que tiene que espantarse las chicas de encima. Debe de ser duro para ti. Y no te culpo. Sobre todo teniendo en cuenta que las probabilidades de que una mujer que no esté ciega y sorda te haga caso son... reducidas.
  • Oghren: ¡Cállate, bruja! ¡No creas que sabes lo que pienso!
  • Morrigan: Si estuviera en tu lugar, yo abandonaría toda esperanza de conocer mujeres. ¿O es que ya lo has hecho? Sería muy sensato por tu parte.
  • Oghren: Olvida que he dicho nada.
  • Morrigan: Créeme, enano... Ya lo he hecho.
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(Si el Guarda se ha acostado con Morrigan)

  • Oghren: Conque... el guarda gris y tú, ¿eh?
  • Morrigan: Espero que no estés refiriéndote a Alistair.
  • Oghren: ¿Ése? ¿Pero le gustan las mujeres?
  • Morrigan: Creo que la cuestión aún no está clara.
  • Alistair: (si está presente) Eh, que estoy aquí.
  • Oghren: Bueno. Así que el guarda gris y tú, ¿eh?
  • Morrigan: ¿Tienes una pregunta de verdad, enano? ¿O tu intención es solo mirarme con cara de sátiro y babear?
  • Oghren: Prefiero lo clásico. Mirarte con cara de sátiro y babear.
  • Morrigan: Me lo imaginaba.


Morrigan y Shale[]

  • Shale: La bruja del pantano tiene muchas cosas en común con mi antiguo maestro.
  • Morrigan: ¿"La bruja del pantano"? Qué original.
  • Shale: La bruja del pantano exhibe la misma arrogancia, el mismo aire de crueldad. No me gustaría nada que mi vara de control estuviera en sus manos... si aún funcionase, claro.
  • Morrigan: Déjame que te diga dónde puedes meterte la vara de control, gólem.
  • Shale: ¿Está diciendo que, si la vara aún funcionase, no querría controlarme?
  • Morrigan: No me haría falta. Podría, por ejemplo, ordenarte que saltaras a un lago. A un lago muy profundo.
  • Shale: No engaña a nadie. La bruja del pantano lo controlaría todo si pudiera. Le gustaría que todos bailáramos a su compás.
  • Morrigan: Oh, qué bien me conoces. Tu penetrante mirada ha desvelado mis intenciones.
  • Shale: Estaré observando a la bruja del pantano. No es de fiar.
  • Morrigan: (Suspira) Empiezas a hablar como Alistair.
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  • Shale: Tengo entendido que la bruja del pantano está decidida a asesinar a su madre, ¿no?
  • Morrigan: En defensa propia, por supuesto.
  • Shale: Eso dice. En ese caso, es que no lo tenía todo planeado desde el principio.
  • Morrigan: No sabía nada sobre las... intenciones... de mi madre antes de encontrar el libro. ¿Pensabas que lo había organizado todo?
  • Shale: Sería innecesario, teniendo en cuenta que es la única que puede leer el libro. Lo mismo podría ser un diario o un libro de recetas.
  • Morrigan: ¿Quieres que te enseñe a leerlo? Así podrías comprobar por ti misma que no miento.
  • Shale: (Resopla) Ahora está poniéndome a prueba.
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) ¿Y bien? ¿Quieres aprender o no?
  • Shale: No. Me da igual.
  • Morrigan: Entonces déjame en paz.
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  • Shale: ¿Por qué sigue viajando la bruja del pantano con los guardas grises?
  • Morrigan: ¿Acaso piensas que no debería hacerlo?
  • Shale: Es mera curiosidad. No parece que tenga demasiadas razones para hacerlo.
  • Morrigan: Lo mismo podría decirse de ti. Ninguna vara de control te obliga a quedarte, gólem.
  • Shale: Carezco de historia, y por tanto carezco de propósito. No puede decirse lo mismo de la bruja del pantano. Simplemente, su propósito está oculto.
  • Morrigan: Sigue haciendo preguntas y me convertiré en un pájaro. Puedo hacerlo.
  • Shale: (Resopla) No les tengo miedo a los pájaros.
  • Morrigan: Oh, no he dicho que les tuvieras miedo. Simplemente, me remontaría más allá de tu alcance y esperaría allí arriba, sobre ti, hasta que...
  • Shale: ¡Basta! Guardaré silencio.
  • Morrigan: Excelente decisión.
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  • Shale: ¿Cuántas formas más puede adoptar la bruja del pantano?
  • Morrigan: Varias.
  • Shale: ¿Puede convertirse en gólem?
  • Morrigan: ¿Es que buscas compañía?
  • Shale: Si pudiera convertirse en gólem, sería raro que no permaneciese en esa forma. Es superior a las demás.
  • Morrigan: No, no puedo transformarme en gólem. Puedo adoptar las formas de los animales, aunque cada una de ellas debo aprenderla por separado.
  • Shale: ¿Y cómo las aprende? ¿Lo lee en alguna parte?
  • Morrigan: (Se echa a reír) ¡Ese talento no se aprende en los libros! ¡Hay que copiar el alma de una criatura!
  • Shale: No entiendo.
  • Morrigan: Es lógico. La roca es inmutable... Dejémoslo así.
───────
  • Shale: Me gustaría que la bruja del pantano me enseñase la naturaleza de la magia. Siento mucha curiosidad.
  • Morrigan: Seguro que hay otros a los que no les fastidian tus constantes preguntas. ¿Qué tal Alistair?
  • Shale: Me temo que el segundo guarda no posee los conocimientos necesarios para responder a mi pregunta.
  • Morrigan: Podrías preguntarle de todos modos. Al menos nos divertiríamos con sus ocurrencias.
  • Shale: No entiendo. Busco iluminación, no diversión.
  • Morrigan: Tú te lo pierdes. Llegarías mucho más lejos buscando diversión, te lo aseguro.
  • Shale: La bruja del pantano es una criatura desconcertante. No la entiendo.
  • Morrigan: No eres la primera que me lo dice. Aunque puede que sí el primer gólem.
  • Shale: Volveré a preguntar a la bruja del pantano luego, cuando se sienta menos inclinada a responder a mis preguntas con comentarios extraños.
  • Morrigan: En ese caso, me temo que tendrás que esperar bastante.
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  • Shale: Sigo queriendo saber cómo aprende sus formas la bruja del pantano.
  • Morrigan: Qué ansias. ¿Es que nuestra gólem desea convertirse en humana?
  • Shale: La forma humana es blanda y débil. No deseo tal cosa.
  • Morrigan: Entonces, ¿a qué se debe tanto interés por la metamorfosis? Salvo que, en secreto, desees convertirte en otra cosa...
  • Shale: ¿Por eso aprendió la bruja del pantano lo que sabe? ¿Para escapar de su forma?
  • Morrigan: En cierto modo, sí. La espesura era muy solitaria. Unirme al bosque, convertirme en una con sus moradores... era liberador.
  • Shale: Creo que sería una habilidad perfecta para disfrazarse.
  • Morrigan: Y para cruzar puertas sin darse en la cabeza, ¿mmm?
  • Shale: Sí, exacto.
  • Morrigan: Bueno, pero ésa no es una razón lo bastante buena.
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  • Shale: ¿Y cuál lo es?
  • Morrigan: ¿Para qué?
  • Shale: Ha dicho que mi razón para aprender más sobre la metamorfosis no era "lo bastante buena". ¿Qué razón lo sería?
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) No lo sé. Dime cuál es la tuya y lo decidiré.
  • Shale: En ese caso, podría decidir que ninguna razón es suficientemente buena.
  • Morrigan: Y eso te desquicia, ¿verdad?
  • Shale: Su sadismo es digno de las aves, tengo que reconocerlo.
  • Morrigan: Bien. Dejémoslo así.
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  • Shale: ¿Así que la bruja del pantano y el guarda gris han... intimado?
  • Morrigan: Espero que no te refieras a Alistair.
  • Shale: ¿Acaso cree que soy una estúpida?
  • Morrigan: Todo es posible. En cuanto a tu primera pregunta, ¿quieres saberlo por algo en particular?
  • Shale: Simple curiosidad. Me gustaría saber si ha embrujado al guarda gris.
  • Morrigan: (Resopla con desdén) No necesito embrujar a los hombres para obtener de ellos lo que deseo.
  • Shale: ¿No? Mis disculpas, entonces. Me disponía a ofrecerle mis felicitaciones por un trabajo bien hecho.
  • Morrigan: Imagino que sin segundas, ¿verdad?
  • Shale: Desde luego. Soy la inocencia personificada.
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  • Shale: La bruja del pantano quiere algo de él.
  • Morrigan: ¿De quién? Ah... Te refieres al guarda. (Se ríe entre dientes) ¿Y si fuera así? ¿Qué pasa?
  • Shale: ¿Es consciente de la auténtica naturaleza de la bruja del pantano?
  • Morrigan: Deja que lo adivine. ¿Tú conoces mi auténtica naturaleza?
  • Shale: He pasado mucho tiempo observando el mundo. Reconozco lo que veo cuando lo veo.
  • Morrigan: Has pasado treinta años observando aquello que un pequeño pueblo tuvo a bien colocarte delante de los ojos. No presumas de sabiduría conmigo. En el mejor de los casos, eres una estatua apenas funcional, con una pésima memoria y una actitud aún peor. Ni se te ocurra juzgarme.
  • Shale: Mmph. Puede que tenga parte de razón.
  • Morrigan: Sí, eso creo yo también.
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  • Shale: La bruja del pantano ha estado mirándome de manera extraña. Si no deja de hacerlo, tendré que aplastar su diminuta cabeza de pájaro.
  • Morrigan: Simplemente, me cuesta creer que haya una hembra ahí dentro.
  • Shale: Una hembra que, además, era una guerrera. Y una enana.
  • Morrigan: Sí, eso explica muchas cosas.


Morrigan y Sten[]

  • Morrigan: Eres muy callado, Sten.
  • Sten: Según con quién se me compare.
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  • Sten: ¿Conoces la kasaanda? ¿La... drosera, en lengua común?
  • Morrigan: Creo que no..
  • Sten: ¿No? Como os parecéis tanto, pensé que estabais emparentadas.
  • Morrigan: ¿Y eso qué quiere decir? ¿Qué es la drosera?
  • Sten: Una flor.
  • Morrigan: ¿Sí? De modo que soy como una flor, ¿no? Qué inesperado.
  • Sten: Una flor que atrapa y devora insectos.
  • Morrigan: Ah, eso sí que me lo esperaba. (Se ríe entre dientes)
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  • Morrigan: Tengo entendido que los qunari tenéis vuestros propios magos. ¿Es cierto?
  • Sten: Tú no lo entenderías.
  • Morrigan: ¿Que no lo entendería? ¿Crees que me falta capacidad intelectual? ¿O te preocupa que pueda sentir simpatía por mis... hermanos?
  • Sten: Elige tú.
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) ¿Así esperas hacerme enfadar?
  • Sten: Solo lamento que tu pueblo no tenga una actitud apropiada y civilizada hacia la magia.
  • Morrigan: Mmm. Qué hostilidad.
  • Sten: Y sigues hablando. Asombroso.
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  • Morrigan: Bueno, ¿vas a seguir mirándome como si estuviera cubierta de sanguijuelas?
  • Sten: Al menos, con las sanguijuelas llevarías algo.
  • Morrigan: ¡Un puritano! Qué encantador. Me esperaba un paranoico. Mejor así. Si tienen que mirarme, prefiero que sea con lujuria.
  • Sten: Sigue intentándolo, entonces.
  • Morrigan: ¿Sí? ¿Quieres que vaya probando cosas? Tú puedes decirme frío o caliente.
  • Sten: Te ahorraré tiempo. Frío.
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) Eres un bromista.
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  • Morrigan: ¿Has cambiado de idea, Sten? Si quieres saberlo, he soñado contigo.
  • Sten: Pero a ti sí, en caso de que estuviera interesado en una criaturilla como tú. El acto qunari es... desagradable.
  • Morrigan: ¿Desagradable? ¿En qué sentido? Ahora sí que estoy interesada.
  • Sten: Letal.
  • Morrigan: ¿Y si no me importara? Me encanta que haya un poco de... animación.
  • Sten: La animación terminaría al final.
  • Morrigan: Lo dices como si estuviera empezando a atizar tu pasión, mi querido Sten.
  • Sten: Parshaara. ¿Por qué me incordias?
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) Porque es divertido, simplemente.

(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Morrigan: ¿Has cambiado de idea, Sten? Si quieres saberlo, he soñado contigo..
  • Sten: ¿No le perteneces al guarda gris?
  • Morrigan: De hecho, no le pertenezco a nadie. Y estoy segura de que no le molestaría.
  • Morrigan: ¿Desagradable? ¿En qué sentido? Ahora sí que estoy interesada.
  • Sten: Letal.
  • Morrigan: ¿Y si no me importara? Me encanta que haya un poco de... animación.
  • Sten: La animación terminaría al final.
  • Morrigan: Lo dices como si estuviera empezando a atizar tu pasión, mi querido Sten.
  • Sten: Parshaara. ¿Por qué me incordias?
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) Porque es divertido, simplemente.
───────
  • Morrigan: Pareces sumido en tus pensamientos, mi querido Sten. ¿Estás pensando en mí, tal vez? ¿En nosotros dos, juntos al fin?
  • Sten: Sí.
  • Morrigan: Yo... ¿Cómo has dicho?
  • Sten: Necesitarás una armadura, creo. Y un yelmo. Y algo para morder. ¿Es fuerte la dentadura de los humanos?
  • Morrigan: ¿Que si es fuerte mi dentadura?
  • Sten: Los dientes qunari pueden atravesar el cuero, la madera e incluso el metal, con tiempo suficiente. Lo que me recuerda que podría tratar de usar el hocico.
  • Morrigan: El hocico...
  • Sten: En ese caso, necesitarás una barra de hierro con un extremo curvo. Caliéntala al fuego primero, o puede que ni me entere.
  • Morrigan: Creo que será mejor que no sigamos adelante.
  • Sten: ¿Estás segura? Si sirve para satisfacer tu curiosidad...
  • Morrigan: Sí, sí. De verdad que creo que es lo mejor.
───────
  • Sten: ¿Para qué estás aquí?
  • Morrigan: ¿Perdona?
  • Sten: Obviamente, no eres una sacerdotisa. Pero ¿no deberías estar... regentando una tienda o trabajando en una granja, en lugar de luchando?
  • Morrigan: ¿Te atreves a decirme cuál es mi lugar, qunari? Eres muy valiente.
  • Sten: Es algo que no se hace.
  • Morrigan: Claro que se hace. No seas tan ciego.
  • Sten: Digo la verdad. No soy yo el que está ciego.
  • Morrigan: Mira a tu alrededor. En esta tierra verás magas y guerreras.
  • Sten: Eso aún está por demostrar.
  • Morrigan: ¿El qué? ¿Que luchen? ¿O que sean mujeres?
  • Sten: Ambas cosas.
  • Morrigan: ¿Así que, para ti, no soy una mujer? Mmm. Me alegro de saberlo.
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(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Sten: ¿Qué intentas hacer, mujer?
  • Morrigan: No intento hacer nada. Y no me hables en ese tono.
  • Sten: Con el guarda.
  • Morrigan: (Se ríe entre dientes) Ah. ¿Deseas una demostración?
  • Sten: ¿Crees que puedes controlarlo? ¿Es que te ha fallado tu magia?
  • Morrigan: No sabes de qué hablas, qunari.
  • Sten: Puede que no. Pero reconozco una víbora cuando la veo.



Morrigan y Wynne[]

  • Wynne: Tienes una lengua muy afilada, Morrigan. ¿Por qué tratas así a los demás?
  • Morrigan: No te debo ninguna explicación. No creo llevar tatuado en la frente un "¡Por favor, guíame!".
  • Wynne: Viajas con estas personas. Deberías ser más amable con ellas.
  • Morrigan: Eres transparente, vieja. No utilices a nuestros compañeros como excusa, cuando lo único que quieres es que sea amable contigo. No soy uno de tus aprendices del Círculo, que absorben cada palabra que pronuncias. Ni tampoco soy Alistair, que ve en ti una especie de madre sustituta.
  • Wynne: No, es evidente que no te pareces en nada a Alistair.
  • Morrigan: Llévate tus sermones a otra parte. Para mí no significan nada.
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  • Wynne: Morrigan, debe de haber sido muy difícil para tu madre y para ti vivir siempre escondidas de la Capilla y de sus inquisidores.
  • Morrigan: Ese tono compasivo es tan innecesario como mal recibido, vieja. Nuestra vida no tenía la menor dificultad, te lo aseguro.
  • Wynne: Pero seguro que habréis atraído la atención de otros de vez en cuando. Por muy poderosas que digáis ser, seguro que no querríais enfrentaros al poder de la Capilla.
  • Morrigan: De vez en cuando llegaban cazadores a la espesura, pero nunca salían de ella.
  • Wynne: ¿Y eso nunca atizó el interés de la Capilla? Me cuesta creerlo.
  • Morrigan: Estoy segura de que te cuesta creer muchas cosas. A mí me cuesta creer que prefieras llevar una correa.
  • Wynne: El mundo tiene buenas razones para temer a los magos, por muy buenas que sean sus intenciones.
  • Morrigan: Buenas lo serán las tuyas. En cuanto a mí, su miedo me trae sin cuidado.
───────
  • Wynne: Lo que dijiste antes, Morrigan... lo de que el Círculo de los hechiceros era una correa... ¿Lo crees de veras?
  • Morrigan: Solo un necio pensaría de otro modo.
  • Wynne: Entonces ¿preferirías un mundo en el que los magos jóvenes murieran a manos de quienes desconocen su talento? ¿En el que aprendieran a temer su poder?
  • Morrigan: Eso es lo que enseña el Círculo. Teme tu poder, no te solaces en él.
  • Wynne: Creernos superiores a los demás hombres es lo que condujo al imperio... y a los engendros tenebrosos.
  • Morrigan: No puedo creer que des crédito a esos cuentos.
  • Wynne: Quienes no escuchan las lecciones de la historia están condenados a repetirla.
  • Morrigan: Pues solo tienes que mirar la de los elfos para ver lo que ocurre cuando permites que te pongan una correa.
───────
  • Wynne: He estado pensando en lo que dijiste, Morrigan. Sobre el Círculo.
  • Morrigan: Permite que me anticipe: estás en desacuerdo.
  • Wynne: Supongamos que el Círculo no existiera. ¿Qué clase de mundo imaginas para los magos? ¿Defenderías un regreso a los tiempos del imperio?
  • Morrigan: No defiendo nada. La naturaleza dicta la supervivencia de los más fuertes, siempre que tengan la voluntad de hacerlo.
  • Wynne: Así que prefieres una vida de penurias y miedo, mientras creas que no estás atada a nada y eres libre para actuar a tu antojo.
  • Morrigan: Así es.
  • Wynne: Pero, ¿acaso no estás aquí por voluntad de tu madre?
  • Morrigan: Podría marcharme si lo deseara.
  • Wynne: Claro. Simplemente, me resulta extraño que alguien que cree tan profundamente en la libertad nunca haya estado sola y sin protección.
───────
  • Morrigan: He pasado mucho tiempo sola y sin nadie que me protegiera.
  • Wynne: Lo siento, ¿qué?
  • Morrigan: Antes dijiste que nunca había estado sola. Y sí que lo he hecho. Cuando era más joven, abandoné más de una vez la espesura para aprender cosas sobre el mundo de los hombres.
  • Wynne: ¿Y volviste allí por tu voluntad? ¿O fue tu madre a buscarte?
  • Morrigan: Ella nunca dejaría la espesura. Volví yo sola. El mundo de los hombres... es peligroso.
  • Wynne: Y aterrador, supongo. Sobre todo, para alguien que no está del todo preparado para él.
  • Morrigan: Pero el Círculo no es un refugio. Es una cárcel.
  • Wynne: ¿Tú crees? Estoy de acuerdo en que dista mucho de ser perfecto, pero piensa en la alternativa. Al menos los demás magos entienden con qué debemos lidiar. Así podemos ayudarnos unos a otros.
  • Morrigan: Supongo... que tendré que pensarlo.
  • Wynne: Bueno, algo es algo.
───────

(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Morrigan: No tienes muy buena opinión de mí, ¿verdad?
  • Wynne: ¿Necesitas preguntarlo? No pensaba que estuviera siendo sutil.
  • Morrigan: Ah, la vieja gata aún conserva las uñas, por lo que veo. Y no apruebas mi relación con nuestro valiente guarda gris.
  • Wynne: Eres peligrosa, Morrigan. Peligrosa, astuta y totalmente indigna de confianza. Pero también eres bella y él es joven. Lástima que no sea más sabio.
  • Morrigan: Vaya, Wynne, creo que es la primera vez que me haces un cumplido. Gracias.
  • Wynne: Solo tú podrías tomarte eso como un cumplido.
  • Morrigan: Escúchame, vieja. Lo que ocurra entre él y yo no es de tu incumbencia. Puedes aprobarlo o no, como prefieras, pero esto es algo que no podrás influir ni modelar a tu antojo.
  • Wynne: Eso dices tú. Solo espero que, algún día, descubras que tampoco puedes hacerlo con él.
  • Morrigan: No me entiendes, vieja gata. Y además eres tonta.
  • Wynne: ¿Sí? Bueno, ojalá tengas razón.
───────

(Tras haberse revelado la condición de Wynne)

  • Morrigan: Debes de sentirte muy aliviada, Wynne.
  • Wynne: ¿Aliviada? No te entiendo.
  • Morrigan: La mayoría de la gente de tu edad pasa buena parte de su tiempo preguntándose cuándo morirán. Pero tú ya lo sabes.
  • Wynne: Espiar no es de buena educación, querida mía.
  • Morrigan: En ese caso, es una suerte que no me considere sometida a tales normas.
  • Wynne: En respuesta a tu pregunta, solo sé que morí una vez. No sé cuánto tiempo me queda... solo que es muy poco.
  • Morrigan: Bueno, tampoco ha cambiado mucho tu situación. Eres una vieja.
  • Wynne: Una vieja muy consciente de que conviene dedicar el tiempo que pasamos en este mundo a cosas importantes.
  • Morrigan: Siempre me he regido por una filosofía parecida.
  • Wynne: Es tranquilizador.
───────

(Tras haberse revelado la condición de Wynne)

  • Morrigan: ¿Alguna vez has pensado en... no sé... prolongar tu vida obligando a un espíritu a servirte?
  • Wynne: Pues claro que no.
  • Morrigan: Yo lo haría. Aunque, claro, yo aún soy joven y bella, y mi vida es mía, mientras que la tuya está confinada al Círculo. Mmm. Me pregunto por qué lo habré preguntado. Prolongar tu vida sería una tontería. Un derroche.
  • Wynne: Piensa lo que quieras, Morrigan. Cuando llegue el fin, aceptaré de buen grado mi descanso, sabiendo que puedo sentirme orgullosa de lo que he hecho. Mientras que tú... comprenderás lo vacía que ha sido tu vida. Comprenderás que, como nunca sentiste amor por los demás, nunca lo recibiste de ellos. Y morirás sola y olvidada.
  • Morrigan: No dices más que tonterías. No necesito que nadie me recuerde, vieja.
  • Wynne: Peor aún.

Morrigan y Zevran[]

  • Morrigan: ¿Y qué te impediría asesinar a tu objetivo ahora que te han dado permiso para acompañarnos, me pregunto?
  • Zevran: ¿Piensas vigilarme de cerca en todo momento para asegurarte de que no lo intento?
  • Morrigan: ¿Para qué iba a hacerlo? Ganarme la amistad de mis presas para volver a intentarlo es lo que yo haría, si estuviera en tu lugar.
  • Zevran: Y yo que empezaba a disfrutar de la idea de que me vigilaras de cerca...
  • Morrigan: No te sería muy difícil envenenar la comida. O rebanarnos el pescuezo mientras dormimos.
  • Zevran: Pareces fascinada por la idea.
  • Morrigan: Sería una justa recompensa por haberte perdonado la vida.
  • Zevran: Ah. Bueno, en ese caso siento haberte decepcionado. La próxima vez que me perdonen la vida, me volveré de inmediato contra mis benefactores. ¿Te parece bien?
───────
  • Morrigan: Aún pretendes matar a tu víctima, ¿verdad? Tu reputación está en juego, ¿no?
  • Zevran: ¿Todavía sigues con eso, mujer?
  • Morrigan: Tengo para mí que los cuervos nunca permitirían una transgresión como la tuya. Vendrán a buscarte y en gran número.
  • Zevran: Ya, pero he descubierto que los cuervos no siempre salen triunfantes cuando se enfrentan a los guardas grises y a sus compañeros.
  • Morrigan: Puede que la próxima vez envíen a alguien competente.
  • Zevran: Me ofendes.
  • Morrigan: Estoy pensando en hacer más que eso, créeme.
───────
  • Morrigan: Entonces, ¿no les tienes ningún miedo a los cuervos?
  • Zevran: Creo, más bien, que mi deseo de alejarme de ellos supera al miedo que me inspiran.
  • Morrigan: ¿Crees que los guardas grises te protegerán cuando todo esto acabe? No puedes ser tan ingenuo.
  • Zevran: Estoy dispuesto a arriesgarme.
  • Morrigan: ¿Y si te equivocas?
  • Zevran: Entonces lo pagaré con la vida. No se puede estar en mi oficio si se le tiene mucho miedo a la muerte.
  • Morrigan: Hay destinos peores que la muerte.
  • Zevran: Y uno de ellos es no poder elegir el amo al que se sirve. Créeme, querida mía, estoy bastante satisfecho con mi situación actual.
───────
  • Morrigan: Esos cuervos, Zevran, ¿son tan extraordinarios como aseguras?
  • Zevran: Prácticamente gobiernan mi patria. ¿Te parece extraordinario?
  • Morrigan: Si es cierto, sí. ¿Son tan poderosos simplemente porque se les da muy bien lo que hacen? ¿O hay algún secreto detrás de su poder?
  • Zevran: Si hubiera un secreto, solo seguiría siéndolo mientras no se revelara, querida mía.
  • Morrigan: Ya no estás sometido a su código. ¿O crees que su ira será aún mayor si hablas de más?
  • Zevran: Puede que, simplemente, no quiera decírtelo. Cuando sientes curiosidad por algo, se te arruga el entrecejo de manera encantadora.
  • Morrigan: Ya veo. Eres terriblemente frustrante, ¿sabes?
  • Zevran: Lo sé. Forma parte de mi encanto, según me han dicho.
───────
  • Zevran: Se supone que tu madre era Flemeth, la misma bruja de las leyendas, ¿no es cierto?
  • Morrigan: No se "supone". Flemeth era mi madre.
  • Zevran: Mmm. Me inspira más duda la leyenda que tu relación con esa mujer. A fin de cuentas reclamar un nombre puede hacerlo cualquiera.
  • Morrigan: Tienes mi permiso para preguntárselo tú mismo, si alguna vez llegáis a conoceros. Eres justo su tipo.
  • Zevran: ¿Sí? ¿Le gustan los elfos apuestos?
  • Morrigan: Más bien los que son fáciles de olvidar.
  • Zevran: Vaya, pues a mí me parece intrigante.
  • Morrigan: Veo que a los asesinos no os asusta morir.
  • Zevran: A los buenos no.
───────
  • Zevran: Entonces, Morrigan, si la leyenda de tu madre es cierta, ¿lo son también las de sus muchas hijas?
  • Morrigan: Para serte sincera, no tengo ni idea. Nunca he visto a ninguna hermana y mi madre tampoco las mencionó.
  • Zevran: Pero podrían ser ciertas, ¿no? Si tú existes, puede ser que existan otras como tú.
  • Morrigan: Hace tiempo, puede. ¿Por qué?
  • Zevran: En Antiva tenemos algunas leyendas sobre brujas. En una de ellas se habla de una bruja de la espesura, que, llegada de un país muy lejano, se instaló en las ciénagas de Tellari.
  • Morrigan: ¿Y? ¿Crees que podría conocerla?
  • Zevran: Si una leyenda es cierta, ¿por qué no las demás? ¿Quién sabe cuántas Morrigan puede haber por todo Thedas, mmm?
  • Morrigan: La idea no me seduce demasiado.
  • Zevran: ¿No? ¿No te divertiría una pequeña guerra con una o dos de tus hermanastras?
  • Morrigan: Calla, elfo. Eso no es asunto tuyo.
───────
  • Zevran: Las miradas siniestras no te sientan bien, mi querida Morrigan. Tu rostro está hecho para sonreír.
  • Morrigan: No me digas.
  • Zevran: ¿Nadie te lo había dicho? Puede que no sea tan raro, teniendo en cuenta que has llevado una vida de reclusión. Si fueras una mujer de la ciudad, estarías acostumbrada a que los hombres te cubrieran de alabanzas y de regalos.
  • Morrigan: Sé de los hombres todo cuanto necesito. Como, por ejemplo, cuándo se dedican a lanzar adulaciones vanas.
  • Zevran: Solo es adulación cuando se exagera la verdad con el fin de complacer. Yo me limito a constatar un hecho cierto.
  • Morrigan: Dime, ¿eso suele funcionarte con otras mujeres?
  • Zevran: Creo que a todas las mujeres les gusta oír que su belleza no deja indiferentes a los hombres. ¿A ti no?
  • Morrigan: Yo creo que esa clase de estiércol es mejor utilizarlo para abonar los campos.
  • Zevran: Ah, algún día te darás cuenta de que has derrochado tu juventud y tu belleza entre amarguras y suspicacias, no olvides lo que te digo.
  • Morrigan: Si alguna vez salgo a navegar, recuérdame que te lleve conmigo. Tus calentones nos vendrán bien para no pasar frío.
───────

(Con Leliana, Alistair, o Oghren en el grupo)

  • Zevran: ¿Te han dicho que tienes unos ojos preciosos, querida mía?
  • Morrigan: ¿Otra vez tus adulaciones? ¿No te cansas de estos absurdos ejercicios?
  • Zevran: En Antiva, las mujeres están acostumbradas a recibir los piropos que merecen. Los hombres deberían postrarse de hinojos a tu paso.
  • Morrigan: ¿Y no les resulta increíblemente fastidioso?
  • Zevran: Son diosas que reciben la adoración de sus súbditos, como debe ser. ¿Qué hay de fastidioso en ello?
  • Morrigan: No quiero que me coloquen en un pedestal.
  • Zevran: Pero si es lo menos que mereces. ¡Deberías ser admirada por los pintores, copiada por los escultores, exaltada por los poetas! ¡Estoy seguro de que sabes que tu belleza es tan única que haría volverse al mismísimo Hacedor!
  • Morrigan: Bueno, supongo... supongo que...

(Con Alistair)

  • Alistair: ¡Por el hálito del Hacedor! ¡Tenías razón! Creo que has ganado.
  • Zevran: Gracias, ser. Espero que me paguéis sin dilación. (Si Alistair no se ha endurecido
  • Zevran: Ahí tienes. Creo que me debes cinco monedas de plata, ¿verdad? (Si Alistair se ha endurecido)
  • Morrigan: Os odio.

(Con Leliana)

  • Leliana: Eres un maestro, Zevran. Has ganado la apuesta con todas las de la ley.
  • Zevran: Ha sido un placer, madame.
  • Morrigan: Os odio.

(Con Oghren)

  • Oghren: Mmph. Vale. Así que te debo una jarra. Qué bastardo.
  • Zevran: Ha sido un placer, ser.
  • Morrigan: Os odio.
───────

(Si el/la Guarda tiene un romance con Zevran)

  • Morrigan:: Eres muy astuto, Zevran.
  • Zevran:: ¿Qué hay de astuto en mí, oh, bruja tentadora?
  • Morrigan:: Granjearte el favor de la persona que debe decidir si vives o mueres y que además puede protegerte de tus antiguos camaradas.
  • Zevran: : Y supongo que tú estarás aquí por tu... sentido del patriotismo, ¿verdad?
  • Morrigan: Nada de eso.
  • Zevran: Cada uno de nosotros tiene sus propias razones para hacer lo que hace. Simplemente, las mías vienen acompañadas por un par de manos fuertes. (Guarda hombre)
  • Zevran:: Cada uno de nosotros tiene sus propias razones para hacer lo que hace. Simplemente, las mías vienen acompañadas por un par de bonitos ojos. (Guarda mujer)
───────

(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan)

  • Zevran: Ya veo que tu amistad con el guarda gris te está haciendo mucho bien.
  • Morrigan: ¿Lo dices con una sonrisa por alguna razón en concreto, elfo?
  • Zevran: Creo que ya lo sabes. A fin de cuentas, no somos tan diferentes. Sé lo que estás haciendo, mi bella mujer.
  • Morrigan: ¿Y qué crees que estoy haciendo? Aparte de lo del guarda gris, quiero decir.
  • Zevran: Esperar, claro. Pero, ¿para qué, me pregunto?
  • Morrigan: ¿Por qué no se lo preguntas a él, si tanto te interesa?
  • Zevran: Dudo que lo sepa. Pero me contentaré con esperar y verlo con mis propios ojos.
  • Morrigan: Entonces no vuelvas a molestarme con eso.

(Si el Guarda tiene un romance con Morrigan y Zevran)

  • Zevran: Ya veo que tu amistad con el guarda gris te está haciendo mucho bien.
  • Morrigan: Como a ti.
  • Zevran: ¡Ajá! O sea, que lo sabes, ¿no?
  • Morrigan: No soy una estúpida, por si es lo que pensabas.
  • Zevran: No creo que seas una estúpida, mi bella mujer. A fin de cuentas, no somos tan diferentes. Sé lo que estás haciendo.
  • Morrigan: ¿Y qué crees que estoy haciendo? Aparte de lo del guarda gris, quiero decir.
  • Zevran: Esperar, claro. Pero, ¿para qué, me pregunto?
  • Morrigan: ¿Por qué no se lo preguntas a él, si tanto te interesa?
  • Zevran: Dudo que lo sepa. Pero me contentaré con esperar y verlo con mis propios ojos.
  • Morrigan: Entonces no vuelvas a molestarme con eso.
───────

(Tras completar El grimorio de Flemeth)

  • Zevran: : Oye, una cosa... ¿Pretendes ocupar ahora el sitio de tu madre?
  • Morrigan: : ¿Ocupar su sitio? ¿A qué te refieres?
  • Zevran: Como nueva bruja de la espesura. Era su título, ¿no? Cuando una mata a la reina, se supone que debe ocupar su trono.
  • Morrigan: : Teniendo en cuenta que el trono está en una choza, en medio de un páramo helado, creo que prefiero pasar.
  • Zevran: : Me pregunto por qué me mientes...
  • Morrigan: : Ah. Ésta es la parte en la que descubres mi astuto plan, ¿verdad? Hay que ver, eres muy perspicaz.
  • Zevran: : No sabías lo que planeaba tu madre hasta que lo leíste en ese libro, ¿verdad? Es lo que dijiste.
  • Morrigan: : Exacto.
  • Zevran: : Te admiro. Eres una mujer muy retorcida.
  • Morrigan: : Y tú eres un imbécil que pasa demasiado tiempo preocupándose por su pelo.
───────

(Tras haberse revelado el linaje de Alistair)

  • Morrigan: Piénsalo, Zevran. Puede que hayas tropezado por casualidad con una posibilidad suculenta que para tu futuro.
  • Zevran: ¿Sí? ¿Ahora te dedicas a ofrecer consejo profesional?
  • Morrigan: Simplemente digo que si, por ejemplo, Alistair llegara a convertirse en rey de Ferelden, puede que necesitara a alguien de tus... talentos.
  • Zevran: Por lo que he podido ver de él, una cosa es lo que necesite y otra lo que esté dispuesto a utilizar.
  • Morrigan: Si Alistair llega al trono, no será gracias a sus cualidades personales. Quienquiera que lo coloque allí... ése será el que te necesite.
  • Zevran: Mmmm. Una idea interesante. Posees una mente perversa, querida. ¿Por qué no hemos hecho el amor todavía?
  • Morrigan: ¿Con qué fin? Antes te clavaría un puñal en la cara que permitir que me pusieras un dedo encima, elfo.
  • Zevran: No sé por qué, eso vuelve la idea aún más sugerente...


Morrigan y Loghain[]

  • Morrigan: : Eres mucho más alto de lo que esperaba.
  • Loghain: : ¿De veras? ¿Esperabas que fuera más bajo?
  • Morrigan: : Bueno, también eres más joven. Se supone que los grandes generales son ancianos que se mantienen a una prudente distancia del campo de batalla.
  • Loghain: : En ese caso, ni he sido, ni espero ser nunca, un gran general.
  • Morrigan: : ¿No? Supongo que eso explica lo ocurrido en Ostagar.
───────
  • Loghain: : Veo que me miras con mucha seriedad, jovencita. Supongo que tú también desapruebas mi presencia.
  • Morrigan: : No, lo cierto es que no. Eres una gran mejora con respecto a Alistair.
  • Morrigan: : Lo cual, no obstante, no es decir gran cosa.


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