En Dragon Age: Inquisition, tus personajes pertenecen a diferentes clases y especializaciones, las cuales serán clave para crear equipos devastadores con los que progresar en el juego si entiendes bien cómo funcionan.
Las clases son el conjunto básico de habilidades y destrezas generales que tiene un personaje. La clase determina qué tipo de armas y armaduras pueden usar (o de cuáles obtienen más beneficios), así como el tipo más común de habilidades y técnicas que tienen a su disposición. Por ejemplo, un guerrero es una clase típicamente asociada al uso de armaduras medias o pesadas, que usa armas contundentes como espadas, espadones, hachas o hachas dobles, y cuyas habilidades tienden a ser más físicas que mágicas. Además, también determina qué estadísticas de tu personaje debes potenciar principalmente al subir de nivel. Por ejemplo, un guerrero, al infligir normalmente daño físico y directamente con sus armas, normalmente se beneficiará más de mejorar estadísticas como la Fuerza frente a otras como la Magia (que prácticamente no tendrá ningún beneficio sobre estos personajes).
Las especializaciones son un conjunto de subclases incluidas dentro de una determinada clase. Esto quiere decir que las especializaciones de guerrero solo son accesibles a aquellos personajes que sean guerreros, y no podrán accederse desde ningún otro tipo de personaje. Esto hace que tus clases se vuelvan aún más poderosas y que se especialicen en algún tipo concreto de función dentro de las propias de la clase. Por ejemplo, la clase de guerrero puede usarse tanto para crear un personaje que tenga una gran salud y resista todos los ataques enemigos mientras el resto del grupo se encarga de ellos, pero también puede ser alguien centrado principalmente en causar grandes daños con cada uno de los impactos de su arma; si tienes claro cuál de estos dos usos (o algún otro tipo de uso) le estás dando a tu guerrero, revisa bien las especializaciones que escoges, ya que algunas te darán más beneficios a la salud y defensa y otras más a tu ataque, permitiéndote ahondar incluso más en las capacidades de tu héroe o, por el contrario, permitiéndote compensar los puntos débiles de tu clase reforzando aquellas estadísticas en las que te has centrado menos.
Entender las clases y especializaciones, y crear un equipo equilibrado y con funciones diversas pero coordinadas, es clave para que tu equipo funcione bien y sobreviva a cualquier combate (especialmente en las dificultades más altas).